Correo
Previsión y vivienda propia
La integración de dos políticas públicas, la previsión y la vivienda, no sólo es posible sino también necesario para lograr una vejez tranquila. Un estudio de la Cámara Chilena de la Construcción, basado en la encuesta Casen 2015 y 2017, sostiene que el déficit habitacional del país es para 2.2 millones de personas, cifra alarmante que va al alza.
Una de las barreras de entrada para la vivienda propia, es el ahorro inicial que deben tener las personas. Para el subsidio DS1, el ahorro inicial parte de las 30 UF, el cual aumenta según el tramo del subsidio.
Hoy esa barrera se puede eliminar, si se considera el ahorro previsional como ahorro inicial, sólo pudiendo traspasarlo en caso de adjudicar el subsidio y comprando la vivienda propiamente tal.
La segunda barrera es la capacidad de crédito, la cual se rompe con un trabajo formal, que genere ingresos para pagar los dividendos. Ver entonces la previsión y a la vivienda como un círculo virtuoso, será el primer paso a resolver dos políticas públicas prioritarias y pendientes.
Eduardo Jerez Sanhueza
¿Preludio de un Estado fallido?
Vemos cada día cómo delincuentes que previamente han sido detenidos innumerables veces y se mantienen en total libertad, reinciden con total impunidad, o que asesinos que son liberados de manera irresponsable por jueces ideologizados repiten sus atroces crímenes, o cómo terroristas asolan La Araucanía sin ninguna consecuencia.
Pareciera entonces, que esto sólo podría finalizar cuando los legisladores (de los mejor pagados del planeta) que elaboran leyes garantistas, jueces y fiscales que dan velocidad a la puerta giratoria y autoridades políticas que evaden sus responsabilidades, sufran en carne propia o en sus familias, el miedo y las secuelas de un asalto violento, la destrucción de sus bienes o un ataque terrorista.
Reinaldo Reinike Espinoza
Plebiscitos 1978 y 1980
El plebiscito del 4-1-1978, fue para consultar por el apoyo o rechazo a la legitimidad del Gobierno. El voto tenía impreso "Frente a la agresión internacional desatada en contra del gobierno de nuestra Patria, respaldo al Presidente Pinochet en su defensa de la legitimidad del gobierno de la República para encabezar soberanamente el proceso de institucionalización del país".
La forma en que se validó la participación en la actividad fue a través de cortar con tijera la punta del carnet de identidad a quienes votaron. La opción SI (apoyo) obtuvo 4.177.064 votos (78,7 %) y el NO logró 1.131.115 votos (21,3 %). La legitimidad de los resultados fue seriamente cuestionada pues no existían los registros electorales, ni garantías mínimas de transparencia, además de una fuerte censura a los medios de comunicación. El plebiscito del 11-9-1980, con participación obligatoria, la opción SI (apoyo) obtuvo 4.204.879 votos (67,04 %) y el NO logró 1.893.420 votos (30,19 %). Así se aprobó la Constitución de 1980, confirmándose en el cargo de presidente al general Augusto Pinochet. Los resultados fueron objetados por la oposición, por no existir registros electorales.
El exagente de la Dina y CNI, Jorgelino Vergara, ayudante de Manuel Contreras, detalla en un libro que, los uniformados y funcionarios públicos leales al régimen, recibieron orden de concurrir a votar varias veces para lograr aprobar de la Constitución de 1980.
Derico Cofré Catril
Tipos de humanismo
El Humanismo como el despertar al oscurantismo medieval en torno a las letras y las artes, trajo consigo, además, una más profunda mirada de la vida en la tierra, centrando su preocupación en la existencia y el quehacer del ser humano, donde éste debiera responderse a las interrogantes: ¿de dónde venimos?, ¿qué somos?, ¿hacia dónde vamos? Donde da respuestas disímiles, según sea la filosofía o doctrina que lo inspira.
Es así como para la posición laica o libre pensadora su respuesta se funda en la razón y la ciencia, como en la fe y la razón lo hará en la posición religiosa.
Pero lo interesante de ambas posiciones, es que es el hombre el que tiene que dar las respuestas, porque es a él al que le interesan, como creador del mundo de la cultura, poseedor de una espiritualidad de bien y según el caso, por el conocimiento o por la gracia divina, cubiertos, en ambos casos, de virtudes y luchando en contra de los desvalores del egoísmo, la ambición y la ignorancia.
Así, entonces, para abrigar esperanza en el destino humano, ambas posiciones humanistas, empeñadas en el bien común, deberían confluir en la necesidad de construir una nueva institucionalidad para nuestro país, escribir una nueva Constitución Política de la que dimane el principio de solidaridad y dignidad humana, por sobre el individualismo, estableciendo un Estado Solidario o de Bienestar, donde no sobre ningún ser humano y todos se sientan como en lo suyo, con sentido de pertenencia, disfrutando equitativamente de los beneficios de la civilización, la cultura y las artes. Donde, además, se confunda el "Yo" con el "Tú", formando el "Nosotros.
Carlos Reyes Hernández