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relacionados con equidad de género, también los de grupos étnicos, de medio ambiente. Son cosas que se nos vienen en el futuro como universidad y sociedad.
-¿Cuál es la principal diferencia entre estos cargos de gestión y el trabajo académico relacionado con la investigación?
-En el trabajo de investigación yo lidero a un grupo de estudiantes, de doctorantes y post doctorantes que tenemos un norte asociado a una pregunta científica. Tenemos un método ya establecido. La gestión tiene diversos campos, no solo la investigación, sino que también la docencia, la vinculación con el medio, el posicionamiento. Hay mucha más diversidad de temas que requieren, bajo mi punto de vista, la participación de la mayor cantidad de gente para que esos temas puedan avanzar. Acá se requiere más confianzas y generación de colaboraciones. Por eso lo encuentro más desafiante, porque la facultad es bien diversa. Tenemos grupos de investigación que van desde química y farmacia, pasan por paleontología, geografía, ecología, evolución, bioquímica... tenemos especialistas para mirar dentro de la célula y el ambiente. La idea es administrar para mejorar y crecer.
-¿Cuáles son los puntos fuertes que posee actualmente la facultad?
-Justo ahora estamos preparando un proyecto, que es un consorcio que une a varias universidades para trabajar en torno a la vinculación con las empresas y la sociedad. He podido darme cuenta de cuáles son las fortalezas de nuestra facultad. Tiene un gran capital científico, un conocimiento que no es fácil de encontrar en otras universidades regionales. A nivel nacional e internacional hemos sido capaces de generar una gran cantidad de vinculación que se traduce en proyectos y publicaciones. Hasta en la Antártica estamos posicionados. Desde el punto de vista de la ciencia, tenemos generación de conocimiento que es bastante importante y reconocido.
-¿Cuáles son sus metas y propuestas?
-Uno de los principales objetivos es tratar de generar una red de trabajo en la universidad, más que esta jerarquía clásica. Una de las propuestas fue crear colaboración a través de oficinas, como la de gestión, internacionalización, investigación y de vinculación, porque ese es otro eje importante que queremos desarrollar. Nos dimos cuenta de que tenemos este capital académico y hay que ponerlo a disposición de la sociedad de una manera más efectiva. Creo que la pandemia ha demostrado que la ciencia sí tiene un efecto en la sociedad, queremos seguir vinculándonos más con Los Ríos y otras regiones donde tenemos investigación e impacto.
-¿En qué se traduce para la facultad vincularse con el medio?
-Ya somos buenos en la vinculación relacionada con la divulgación científica. Tenemos harta experiencia y colegas que saben hacerlo. Ahora queremos ampliar esta visión a acciones con juntas de vecinos o el mismo tema de los humedales en Valdivia. Tenemos expertos que trabajan en humedales y estamos pensando en gestionar un diplomado abierto a la comunidad sobre este tema. También estamos interesados en vincularnos con gente local para desarrollar, por ejemplo, turismo ecológico, científico. En eso podemos ayudar. El mismo tema de la pandemia, la gente que está trabajando hoy en los laboratorios que hacen los diagnósticos de PCR en la universidad son básicamente gente que ha salido de la Facultad de Ciencias. La idea es tratar de vincular todo este conocimiento que parece tan lejano a acciones más reales.
-Y en cuanto al desarrollo científico del país ¿Cómo considera que ha evolucionado, especialmente después de la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación?
-Es una alegría para todos poder tener una institucionalidad. El avance ha sido lento porque vino el conflicto de octubre y después la pandemia y probablemente eso ha desviado la atención, pero por otro lado ha sido importante este ministerio para que las universidades se pongan al servicio de la comunidad durante esta pandemia prestando sus laboratorios, equipamientos y gente capaz. Ha sido un buen ente coordinador y esto puede ser una buena mirada para el futuro sobre cómo el ministerio puede dirigir el camino de la ciencia hacia la sociedad de aquí en adelante. La ciencia ha demostrado en la práctica que ese científico loco que está idealizado por los niños en realidad es alguien más cercano, alguien que impacta. Muchas veces se hablaba que la ciencia estaba al debe con la sociedad en demostrar el impacto que los científicos podemos generar, ahora se ha demostrado el aporte.
-Siempre se ha hablado mucho de lo importante que es invertir en ciencias, ahora con esta pandemia los presupuestos en diferentes áreas están en constante evaluación ¿Existe una preocupación con respecto a lo que puede pasar con los presupuestos destinados a la ciencia?
-Esa es una de las tristezas que tenemos los científicos. Se ha generado la conciencia de la necesidad del trabajo científico, pero eso difícilmente se ve reflejado en aspectos de inversión. Este año se cerraron varios programas a nivel de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), por ejemplo becas y doctorados en el extranjero y esos recursos no quedaron en la ANID, se fueron a otros lados. Es una conciencia que debe también tocar al mundo político y ahí tenemos trabajo. Quizás por eso es bueno que hoy los seremis del área y el mismo ministro sean científicos, porque de esa forma pueden llegar con el me nsaje al mundo político.