Coordinación frente a la pobreza
Instituciones regionales trabajarán juntas para ayudar a quienes más lo necesitan, especialmente en estos tiempos duros. Es importante que quienes pueden contribuir trabajen de verdad en conjunto y reconozcan la validez de estudios y diagnósticos mutuos...
Hace pocos días fue difundida la noticia sobre la constitución de la primera Mesa Regional de Cooperación Público-Privada liderada por el Fondo de Solidaridad e Inversión Social, Fosis, del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, que reúne a representantes de organismos sociales, gobierno y académicos.
Sin duda se trata de un paso importante, pues uno de los impedimentos casi históricos para resolver el problema de la pobreza tiene que ver con la dualidad de esfuerzos oficiales y civiles, lo que genera pérdida de recursos en el proceso; así como la falta de información para los beneficiarios, quienes suelen toparse con paredes de trámites y requisitos, a veces insalvables para muchos.
Coordinar es especialmente importante hoy, debido a los efectos de la pandemia de coronavirus en los últimos seis meses y a las consecuencias económicas que también dejó la convulsión social del tiempo previo, que se vio reflejada en el comercio y el turismo, principalmente, las mismas aéreas que aún no muestran suficientes signos de recuperación.
En Los Ríos, según la Encuesta Casen y al Censo de 2017 hay 153 mil 976 hogares pobres y la pobreza multidimensional se empina al 22 %, mayor que el 20,7% nacional. Sin embargo esos números claramente se han incrementado. Cesantía y encierro han colaborado en ello a nivel local, como en todo el país y en el mundo.
La Cepal estima que hay un alza de precariedad en el continente de 14,2% y en Chile eso se traduce de 1,4% a 2,6% de la población. Casi medio millón de personas. Más que todos los habitantes de esta región. El Banco Mundial cifra en 9% la cantidad de quienes vivirán este año con menos 1,90 dólares al día: mil seiscientos pesos, aproximadamente.
El panorama no se ve alentador. Por ello, es importante que quienes pueden contribuir a soluciones se complementen adecuadamente, trabajen de verdad en conjunto, reconozcan la validez de los diagnósticos mutuos (siempre se hacen más estudios nuevos que aplicación de acciones) y se aseguren de llegar rápido a quienes lo requieren, sobre todo en estos tiempos tan complicados para la gente y desafiantes para la eficiencia de las instituciones.