Qué es y cómo funciona la portabilidad financiera que rige desde hoy en el país
SERVICIOS. La normativa simplifica el traspaso de productos financieros de una institución a otra y reduce los costos del refinanciamiento de créditos en 60%. Además, el nuevo proveedor se encarga del cierre en la antigua casa comercial.
Hoy entra en vigencia la anunciada Ley de Portabilidad Financiera, que busca facilitar el cambio de institución financiera de productos y servicios.
Con esta normativa, tanto las personas como las micro y pequeñas empresas podrán cambiarse de proveedor de productos como cuentas corrientes, tarjetas de crédito, créditos hipotecarios, de consumo y automotrices, siguiendo un modelo similar al utilizado en la portabilidad numérica utilizado en telefonía móvil.
"Al igual que con la portabilidad numérica, si las empresas saben que para el cliente es más fácil, más simple, más barato elegir y cambiarse, van a competir por entregarnos los mejores servicios en materia financiera. Esto se va a traducir en mayor variedad de productos, mejores productos financieros y, sobre todo, productos más baratos", explicó el ministro de Hacienda, Ignacio Briones.
Cómo funciona
Cualquier persona o empresa que esté interesada en cambiarse de institución financiera deberá ingresar una solicitud de portabilidad a la nueva entidad deseada, indicando los productos que quiere. Con esta solicitud, la institución solicitará el certificado de liquidación (documento donde sale el detalle de los productos contratados) a la institución de origen y evaluará la capacidad de pago del cliente, por lo que puede requerir información o documentación como liquidaciones de sueldo, certificados de antigüedad laboral, pagos de cotizaciones de AFP, etc. Si la evaluación es positiva, la institución le entregará al cliente una Oferta de Portabilidad, con una vigencia mínima de siete días.
Si acepta la oferta de portabildiad, el cliente otorga un "mandato de término", para que la nueva institución pueda pagar o dar término a los productos que el cliente mantiene con la institución de origen.
Luego el cliente firma los nuevos contratos y la institución pagará en el plazo de 6 días hábiles bancarios y solicitará el cierre de los productos en la institución de origen. Una vez terminado el proceso, se le notifica al cliente que el mandato de término está ejecutado.
En el caso de pedir el cierre de productos vigentes con una institución financiera, la persona no deberá hacer trámites con su proveedor actual, porque la nueva entidad deberá hacerse cargo de comunicar la orden de cierre.
La portabilidad financiera puede llegar a beneficiar al 97% de la población adulta en chile (13.637.426 personas) que actualmente cuenta con algún producto financiero: 4,9 millones de cuentas corrientes, 17,5 millones de tarjetas de crédito, 19,3 millones de cuentas vistas, 2,6 millones de créditos de consumo, un millón de préstamos hipotecarios y 200 mil créditos automotrices.
Más barato y rápido
Con la nueva ley se crea la figura de la subrogación para evitar la constitución de nuevas garantías, ahorrando la mayoría de los costos y tiempos necesarios de este proceso. Por ejemplo, para el refinanciamiento de créditos hipotecarios no se necesitará la constitución de una nueva hipoteca ni el alzamiento de la hipoteca actual.
Además, se eliminan todos los costos monetarios y de tiempo asociados a la constitución de nuevas garantías. Esto, porque a través de la figura de la subrogación legalmente siguen vigentes las garantías de los créditos actuales, cambiando solo el crédito y la institución beneficiaria de dichas garantías. Desde ahora disminuirá el costo y el número de trámites asociados al refinanciamiento de créditos.
Los costos bajarán en 60%, por ejemplo: para un crédito de 1.000 UF el costo actual de refinanciar es de $700.000. Ese costo pasará a ser aproximadamente de $280.000, obteniendo un ahorro de más de $400.000. Mientras que los tiempos se disminuyen en 40%, demorando aproximadamente 30 días menos.
El director nacional de Sernac, Lucas del Villar, aseguró ayer en T13 que se "pueden solicitar varias cotizaciones de portabilidad y no necesitan hacerlo presencialmente".
QUiénes
Las instituciones financieras consideradas para la portabilidad son bancos, compañías de seguros, agentes administradores de mutuos hipotecarios endosables, cooperativas de ahorro y crédito, cajas de compensación, emisores de tarjetas y las instituciones que coloquen fondos de manera masiva (por ejemplo, empresas que otorgan créditos automotrices).
40% menos deberían demorar trámites de refinanciamiento.