"Se va a recordar este 18 como el inicio de un proyecto que puso en otro nivel de reconocimiento a las personas mayores"
CRUZADA. Cuenta cómo surgió la idea de la campaña de este fin de semana y dice que esperan ayudar al menos a 80 mil personas.
Entre lograr un retorno seguro de algunos de sus estudiantes a clases presenciales y la inminente autorización de las autoridades sanitarias para que se inicie la prueba en Chile de la vacuna Sinovac contra el covid-19, el rector de la Pontificia Universidad Católica, Ignacio Sánchez, ha debido ocupar parte de su tiempo en coordinar la realización de la campaña solidaria "Vamos, chilenos", que encabeza el animador Mario Kreutzberger este 18 y 19 de septiembre.
Sánchez cuenta que en mayo leyó una columna de Don Francisco sobre la solidaridad que le hizo tanto sentido que lo llamó al día siguiente para colocar a la universidad a disposición del comunicador. De esa conversación salió esta campaña que tiene como foco a los adultos mayores.
-¿Por qué ellos?
-No estaba claro el grupo específico a ayudar. Le dije (a Kreutzberger) "juntémonos" y comenzamos a reunirnos con profesores de Filosofía, Sociología, Economía y comenzamos a dialogar sobre cuál podría ser el foco, quiénes lo han pasado peor y han estado más afectados con esto y quedó claro que las personas mayores quedaron primeras en la lista. Son los que más han estado confinados, que tienen más precariedad y desconexión con el medio, con sus pares, sus familiares. Que también tienen más pobreza. Si ya tienen pensiones bajas, en pandemia eso empeoró. Entonces, cuando definimos que eran las personas mayores los expertos en el área de la universidad nos contactamos con la Sociedad Chilena de Geriatría, con el Senama (Servicio Nacional del Adulto Mayor) para darle forma a esto. Para cuantificar cuántos son, si eran mil, 10 mil. Y llegamos a afinar que el grupo de mayor vulnerabilidad eran 80 mil mayores que están viviendo solos o en hogares.
-¿Cuáles son sus principales necesidades?
-Que tienen escasas redes de apoyo y que quizás lo más importante para ellos es la desconexión con sus cercanos, con sus familiares, y con el Cesfam, si tienen una emergencia, cómo acudir a Carabineros. Entonces, la pregunta fue cómo conectarlos con ellos y ahí comenzó a surgir el hecho de que podrían hacerlo a través de un dispositivo móvil, con tecnología celular y que sólo tuviera algunos botones. Un porcentaje no menor de ellos son analfabetos, o no tienen ninguna destreza de celular. Algunos decían que alguna vez tuvieron un celular, pero de esos sin cámara ni otro tipo de conexión. Y también surgió la otra necesidad de que otro tipo de precariedad, de tipo alimentario, materiales de aseo, entonces surgieron estos dos temas y así nació la campaña.
-¿Cuál va a ser la ayuda?
-Nos pusimos una meta de 50 mil, pero ojalá podamos llegar a los 80 mil. La idea es entregarles el dispositivo e insumos que al menos van a ser por seis meses. El dispositivo va a estar prepagado por dos años. Los listados vienen del Senama y validados por las municipalidades. La distribución es entre la Fundación Conecta Mayor, que tuvimos que formar, y los mismos municipios. Queremos llegar a todos los territorios donde los municipios vayan de voluntarios porque hay que ir a Puerto Natales y Arica, por ejemplo, a configurar los aparatos con los números de los familiares, el Cesfam respectivo, Carabineros. También, ahora nosotros desde la universidad levantamos un número mínimo de ejecutivos porque vamos a tener un call center para contestar las dudas que ellos puedan tener sobre beneficios o cualquier cosa.
-Los adultos mayores estuvieron en el centro de la atención al inicio de la pandemia, pero cada vez han ido quedando más en segundo plano.
-Tiene toda la razón. Se ha hablado poco de ellos. Se habló más del desempleo, de los problemas de consumo, de la ida a los malls, pero fíjate que hay cerca de un millón de personas mayores de 75 años, son tres millones mayores de 60. Pero estamos hablando de 80 mil de gran vulnerabilidad que tienen problemas de alimentación, de insumos básicos. Entre estos 80 mil y el millón debe haber una gama muy amplia, pero lo que percibimos es que el denominador común era la falta de conexión con su entorno, con su grupo familiar. Y ahí uno reflexiona que este grupo en el fondo nos permitió que nosotros nos conectáramos con nuestro mundo, nuestro desarrollo, con lo que hemos hecho.
-¿Puede tener permanencia en el tiempo esta campaña?
-Hay muchas preguntas que se hace alguna gente que son muy válidas. Me dicen por qué no se hace cargo de esto el Estado. En realidad, tienen razón, que el Estado debiera, pero si no lo hace, veamos lo que pasó con Teletón hace 40 años, que ella comenzó a hacerlo y luego el Estado se sumó. Luego se hizo una cosa conjunta. Ahora tiene una parte solidaria pero también el Estado. No estamos aquí para una campaña, sino para comprometernos a futuro. Soy un convencido de que de aquí a unos años se va a recordar este 18 de septiembre del 2020, que fue tan complejo por la pandemia, como el inicio de un proyecto, una semilla en estos días que mostró la solidaridad y el anhelo de un país, de una sociedad, de poner en otro nivel de reconocimiento a las personas mayores. Es nuestro anhelo y estamos trabajando para eso.
-Hay críticas al momento en que se hace la campaña.
-Sabemos que es mal momento, que hay miles de personas cesantes, sin empleo, pero también sabemos que algunas veces uno puede hacer un gesto simbólico de un aporte de 500 o mil pesos. Pero una cosa es el monto y otro el número de depósitos que tiene que ver con el grupo de soporte de personas que a través de un gesto nos dicen no puedo más, pero estoy acá, porque considero que este proyecto vale la pena.
"Los mayores son los que más han estado confinados, que tienen más precariedad y desconexión con el medio, con sus pares, sus familiares, y que también tienen más pobreza". "Sabemos que es mal momento, que hay miles de personas cesantes, sin empleo, pero también sabemos que algunas veces uno puede hacer un gesto simbólico de un aporte de 500 o mil pesos".