Hace más de cuatro décadas comenzó el sueño de un corredor entre Corral y San Martín de Los Andes, para generar integración binacional, con salidas tanto al Atlántico como al Pacífico. En los años setenta se reforzó la idea, junto con el impulso de la Nueva Región, de abrir también una oportunidad de ruta comercial que fomentara desarrollo económico.

Se trata de una aspiración local largamente esperada. Por ello, la noticia publicada ayer respecto de un aumento de presupuesto para completar la conservación de los últimos 11 kilómetros de la Ruta CH 203, resulta extremadamente importante. Es la conclusión de una vía llena de promesas desplegadas también en la Estrategia Regional de Desarrollo de Los Ríos, desde 2009.

La Ruta CH 203 -en toda su extensión- conecta desde Lanco a Panguipulli, considera el cruce de Pirehueico y llega hasta el paso fronterizo de Hua Hum, abriéndose por un camino ahora seguro, ideal para el tránsito de productos y maravilloso para el desarrollo del turismo, dada la belleza de los paisajes en el área. Son 142 kilómetros en total y en ellos se han invertido más de 9 mil millones de pesos de fondos públicos desde 2015, tanto sectoriales como regionales. Ahora se utilizarán $2 mil más y la conexión quedará completa, pues solamente falta ese pedazo para terminar un proceso largo, el cual ha incluido otros caminos, embarcaderos, aduana, las barcazas y este tramo entre Puerto Pirehueico y la aduana chilena en el Paso Fronterizo Hua Hum. Después de este esfuerzo, será el turno del gobierno argentino en su territorio.

Para Los Ríos es un avance. Uno mayúsculo. Pero no se debe olvidar que también está pendiente la solicitud de conectarse desde Futrono al mismo paso Hua Hum. Sería una ruta alternativa y la comunidad futronina, en 2014, propuso dos opciones: un trayecto por Llifén, Curriñe, Río Chico, Pirehueico, hasta llegar a Hua Hum; y otros por Llifén, Curriñe, Chabranco, Chihuío, Pirehueico, Hua Hum.

Las razones de esta idea son las mismas que se esgrimen desde Panguipulli: conexión internacional, pero con progreso para áreas bellas, pero acechadas por la pobreza rural. Ahí hay otra tarea.

Agosto se despidió con unos copos de nieve que sorprendieron y alegraron a los valdivianos. Un hermoso cuadro que anunció la paulatina retirada del invierno y la aproximación de la primavera. Ello también nos prepara para una de las fechas más relevantes en el país: la celebración de Fiestas Patrias. Durante 210 años las celebraciones de este momento han estado casi siempre acompañadas de una gran efervescencia. Finalmente, los brotes y aromas de la primavera son un excelente escenario para ello.

Cada 18 de septiembre, rememoramos el momento en el que, al interior del Cabildo de Santiago, se conformó la primera Junta Nacional de Gobierno. Ello con el objetivo de defender el Imperio Español, producto de la invasión napoleónica a la península. Sucesos posteriores dieron paso al desastre de Rancagua y producto de éste, a la Restauración de la monarquía y persecución de quienes eran considerados sus enemigos; fue el tiempo de Casimiro Marcó del Pont, Vicente San Bruno y por supuesto del guerrillero Manuel Rodríguez. La Restauración sufrió una gran derrota en Chacabuco, el 12 de febrero de 1817 lo que fue conmemorado, un año más tarde, con la declaración de Independencia, el 12 de febrero de 1818. Meses más tarde ese triunfo fue ratificado el 5 de abril de 1818, en la batalla de Maipú. Triunfo que quedó sellado y ha pasado a la historia través del abrazo de Maipú entre Bernardo O´Higgins y José de San Martín.

El proceso de independencia cuenta con diversos hitos que podrían haber sido considerados como momento de celebración. Hasta el año 1837 ello, fue efectivamente fue así. La población contaba con más de una celebración.

Bajo el gobierno de José Joaquín Prieto, diversas razones determinaron, finalmente, la elección del 18 de septiembre para conmemora el proceso de Independencia. Es el día de conformación de la Primera Junta de Gobierno. Aquella presidida por el Conde de la Conquista, don Mateo de Toro y Zambrano y que juró lealtad al Rey don Fernando. Ello, no sin la oposición o el reparo de algunos sectores como se puede leer en Recuerdos de treinta Años de José Zapiola (1802-1885): "iPobre 12 de febrero, pobre 5 de abril, que nos disteis patria e independencia: inclinaos ante el godo 18 de septiembre, que no nos dio nada!".

Lorena Liewald Dessy

Directora de Pedagogía de la U. San Sebastián sede Valdivia