El Club de Cueca El Rosal de Paillaco es una de las agrupaciones folclóricas con más tradición en la región. Con 28 años de vida y una gran cantidad de integrantes a lo largo de su historia, han llenado de baile y música los mejores escenarios del país, aunque en estos momentos se encuentran en pausa debido a la pandemia.

La presidenta del club es Elsa Sepúlveda, quien además ha sido parte del grupo desde hace 24 años. Ella asegura que hoy lo más importante es la salud de todos, aunque eso les cueste no hacer lo que más les gusta.

¿Cómo lo han hecho este tiempo sin practicar ni realizar presentaciones?

-Para nosotros ha sido terrible en el aspecto anímico, ya que la pandemia evitó que pudiéramos bailar en estas Fiestas Patrias, como también realizar diversos talleres que realizamos durante el año, como también un proyecto que nos adjudicamos, pero que no hemos podido realizar.

¿De qué trata el proyecto?

-Es un Fondart regional, en el que debemos realizar talleres de baile en dos establecimientos educacionales y en cuatro localidades rurales de la comuna. Ahora, esos recursos están congelados hasta que podamos realizar las actividades, las que esperamos podamos realizar el una vez que pase todo esto.

¿Cuántas personas conforman actualmente el club de cueca?

-En estos momentos somos 25 personas activas las que participábamos de todo tipo de actividades, considerando el cuerpo de baile y los músicos.

Eso es hoy, pero a lo largo de los años ¿cuántas personas han sido parte del grupo?

-Es difícil saber ya que acá tenemos personas de todas las edades, desde niños a adultos mayores. Estos últimos son los más porfiados y muchos de ellos han sido parte del grupo por muchos años, mientras que los jóvenes son pocos los que se mantienen de forma seguida, ya que por temas laborales y de estudios tienen que irse de la comuna, aunque la mayoría siempre vuelve. No tengo una cifra exacta, aunque seguro que han sido más de 100 personas.

¿Y a cuántas personas han enseñado a bailar en la región?

-Bueno, en todos estos años hemos ido a muchos colegios y zonas rurales de la comuna y fuera de ella también. Sacando un cálculo a la rápida creo que cerca de dos mil personas han participado de nuestros talleres a lo largo de todo este tiempo, donde varios luego han sido parte de nuestro grupo.

¿Cuál es el mayor sueño del grupo?

-Somos un club que ha logrado muchas cosas, tenemos casi 30 años de trayectoria y nos hemos ganado un respeto en la comunidad, que es lo más importante. Ahora bien, desde hace tiempo hemos peleado por tener nuestra propia sede para ensayar, tener reuniones y realizar eventos. Fuera de lo artístico, ese es nuestro sueño.

¿Cómo van en esa lucha?

-Hasta antes de la pandemia íbamos bien, de hecho ya compramos un lugar bien amplio, pero el virus ha congelado varias etapas de estudios y construcción, pero seguiremos trabajando.