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ficción contenida en un largometraje de 65 minutos.
Salomón Pérez reconoce que en el filme hay también ciertos elementos de su propia adolescencia. Aunque no necesariamente aquellos que tienen que ver con cómo el protagonista se relaciona con sus padres.
Mundo infantil
En "Mamá, mamá, mamá", Sol Berruezo Pichon-Rivière, cuenta cómo la pequeña Cleo debe enfrentar la ausencia de su hermana que murió ahogada en la piscina de su casa; y de cómo sus tres primas se vuelven guías en un viaje por su mundo femenino.
"El trabajo con niñas fue muy interesante, en el sentido de saber hasta qué punto están actuando o simplemente se están interpretando a ellas mismas. Hay algo puro, cercano y transparente en los niños, que hace que la película, siendo de ficción, roce un poco con el documental", dice. Y agrega: "El proceso de casting fue muy mágico. Se nos dio como algo instantáneo, los niños no tienen máscaras. Cada cual construyó el personaje con elementos personales, siempre sabiendo que estábamos trabajando en algo que era ficción".
Para la cineasta, una de las claves del filme es que hay una tragedia que no es verbalizada, lo que sirve para entender la forma en que muchas veces se dificulta la comunicación de ciertos temas a la infancia. "La idea de la película es poder entrar en el mundo de las niñas, con la menor intervención posible de los adultos, para ver cómo se van dando las respuestas entre las menores".
Hoy es el último día para ver filmes de la competencia Largometraje Juvenil Internacional. Las opciones son "Punta sacra" (16 horas); y "Mamá, mamá, mamá" (18:30 horas).