Educación de la sexualidad
Una propuesta rechazada en el Congreso trajo a la discusión comunitaria el tema de la formación juvenil y la prevención. La formación de niños, niñas y adolescentes puede ayudar contra el abuso infantil, la violencia de género, las enfermedades ETS y el embarazo no deseado.
Hace pocos días fue rechazado en la Cámara de Diputados un proyecto sobre sexualidad integral presentado por la diputada Camila Rojas. Los representantes de Los Ríos votaron 2 en contra (Berger-Von Mühlenbrock) y tres a favor (Flores, Ilabaca y Rosas).
La iniciativa buscaba modificar la ley N° 20.418, promulgada en 2010 y en la cual se establece -entre otras normas- el derecho a la educación en sexualidad y se ordena impartirla en la enseñanza media. La propuesta era incluir ese contenido obligatoriamente desde la educación inicial y asegurar su presencia en los establecimientos reconocidos por el Estado.
El trámite legislativo puso el tema a la agenda pública y recordó la importancia que la escuela tiene en la formación de las personas en estas materias. De hecho hay estudios indican que el 51% de los jóvenes chilenos reconoce al colegio como principal fuente de información en métodos anticonceptivos, cifra importante, considerando que aún en muchas familias se aborda con dificultad, o es tabú.
Además el Ministerio de Educación incluye la Sexualidad y Género entre los lineamientos de Convivencia Escolar desde los 4 años de edad (educacionsexual.mineduc.cl) y señala que "formarse en sexualidad, afectividad y género garantiza la posibilidad de conductas de autocuidado en salud mental y física, de hacerse responsable de las propias decisiones".
Sin embargo, pese a ese abordaje constante (se hace desde 2001 en diferentes grados) hay variables que preocupan. La investigación "Impacto de las políticas de educación sexual en la salud sexual y reproductiva adolescente en el sur de chile, período 2010 - 2017" (Grace Castro-Sandoval; Revista Chilena de Ginecología y Obstetricia) advierte que tras la aplicación de educación sexual escolar obligatoria, si bien se observa un descenso del embarazo adolescente y un aumento del uso de anticonceptivos; también se registra una baja en el uso de condón masculino, un alza en las Enfermedades de Transmisión Sexual (VIH incluido) y una mayor violencia sexual.
La discusión al respecto no está concluida, como tampoco la definición política y comunitaria sobre si la orientación juvenil en esta área debe ser tratada como un asunto privado, o si es una tarea pública.