El desafío de ir a las playas
Desde el Ministerio de Salud anunciaron las medidas para la temporada estival. En la región hay 76 balnearios para cuidar. La autoridad habló de fiscalizaciones, pero ¿se podrá poner vigilancia sanitaria en las 945 playas registradas en el país, de las cuales 113 son aptas para el baño?
Los Molinos, agosto de 2020, decenas de personas caminan por la orilla de la playa. Hace frío, así que nadie entra al agua, pero pasean sus mascotas, corren con sus niños y niñas. Hay espacio entre todos: pero son pocos -demasiado pocos- los que llevan mascarilla.
Esta descripción es cierta. Ocurrió en pleno invierno y se suma a los testimonios de residentes sobre la llegada de visitantes a la costa valdiviana, incluso en los actuales fines de semana con cuarentena. Obliga a pensar en el verano que se aproxima y en si serán suficientes los protocolos anunciados desde el Ministerio de Salud para permitir el acceso a los balnearios, pero respetando distanciamiento social, uso de mascarillas (que se pueden sacar para tomar sol) y lavado de manos (¿agua en las playas?), además de prohibición de ambulantes y arriendo de sillas y quitasoles.
Quienes conocen la dinámica de la época estival saben que esto es complejo de cumplir aquí -más aún en la zona central del país- y hace temer rebrotes de coronavirus, similares a los ocurridos luego del relajo del verano en Europa, cuyo patrón de contagios se ha registrado de manera parecida en Chile.
La autoridad anunció fiscalizaciones, pero también surge la pregunta si se podrá poner vigilancia sanitaria en las 945 playas del país, de las cuales solamente 113 son aptas para el baño, de acuerdo al catastro de enero de 2020 entregado por la Armada. En Los Ríos hay 18 donde se permite nadar y otras 58 que son "solaneras"; es decir, que no cuentan con habilitación sanitaria, ni salvavidas, ni controles, incluyendo a la mencionada Los Molinos y a la tradicional de Collico, que al menos sí están en la atención municipal permanente, debido a su gran afluencia de público.
A ese evidente riesgo de la aglomeración en ellas, se suma el habitual peligro de accidentes. El último registro nacional habla de 312 emergencias con personas accidentadas, un desaparecido y 15 muertos; dos de ellos en nuestra región.
Por supuesto que la costumbre de vacaciones junto al mar, el río o el lago va a prevalecer, a pesar de toda advertencia. Frente a ello, sólo queda tomar conciencia individual y familiar, extremando precauciones, pues no será una temporada sencilla. Ya está claro.