Himsa: la no violencia
Es el pensamiento puro de la India. Está inspirado por el "amor universal". Himsa significa matar, perjudicar. A-Himsa es, por lo tanto, el renunciamiento a todo forma de causar daño ocasionado por cualquier forma de violencia. En tiempos actuales, debemos tenerlo presente.
A-himsa es lo contrario del egoísmo. Es altruismo y amor absoluto. Es la recta forma de pensar, actuar y sentir. Mahatma Gandhi (1869-1948) abogado, político, pensador indio nos legó lo siguiente: "la no violencia no consiste en renunciar a toda lucha real contra el mal. Entabla una campaña más activa contra el mal que la Ley de Talión cuya naturaleza misma da por resultado el desarrollo de la perversidad. Yo levanto frente a lo inmoral una oposición mental y, por consiguiente, moral. Trato de enmohecer la espada del tirano no cruzándola con un acero mejor afilado sino defraudando su esperanza al no ofrecer resistencia física alguna. Él encontrará en mi una resistencia del alma que escapará a su asalto. Esta resistencia primeramente lo cegará y enseguida lo obligará a doblegarse".
A-Himsa es no violencia en pensamiento, palabra, y obra. Es respeto a las ideas ajenas, respeto a todas las creencias religiosas, secta, organizaciones, y escuelas, etc. Los hombres de buena voluntad aceptan A-himsa.
Resulta imposible iniciar un nuevo orden de nuestra psiquis excluyendo a la doctrina de la no violencia. La misma debemos cultivarla en todo ambiente humano y que represente toda forma de vida. Debiera ser el fundamento del diario vivir en el trabajo, en la calle, en la academia, en la familia, etc. Debemos vivir la doctrina de la no-violencia.
Omer Silva Villena osilvaville@gmail.com
Llegar a viejo
Pretendo llegar a viejo y tampoco le he cerrado ninguna puerta a la opción presidencial.
Jorge Vives Dibarrart. Abogado jevivesd@gmail.com
Plebiscito
Un plebiscito es un procedimiento jurídico por el que se somete a votación popular una ley o un asunto de especial importancia para el Estado.
El Director del Servel ha expresado que el plebiscito del año 2020 es superior al del año 1988 y que es el de mayor importancia en la historia pues la cantidad de votantes, en números absolutos, fue mayor. Tal afirmación es parcialmente cierta, pero induce a error pues el padrón electoral en 1988 fue de 7.435 913 personas y el del año 2020 fue de 14.791.416.
El número de votantes en el año 1988 fue de 7.251.933 y en el 2020 fue de 7.562.173. En 32 años de diferencia entre ambos plebiscitos es lógico el aumento del padrón electoral.
Una comparación objetiva debe ser hecha comparando el porcentaje de votantes. En el año 1988 el porcentaje de votantes fue de 97.52% y en el año 2020 fue de 51.12%
Queda en claro, entonces, que el plebiscito de 1988 fue superior en porcentaje de participación al del año 2020
La baja participación en el reciente plebiscito es multicausal y podría explicarse, tentativamente, por tres razones: 1) el temor al contagio por covid 19; 2) la certeza de algunas personas que el triunfo de la opción Apruebo era seguro y no valía la pena participar; y 3) el rechazo al uso que algunos personeros del mundo político hicieron al tema constitucional.
Omar M. Henríquez F. omanuelito75@gmail.com
Inclusión y Constitución
La posibilidad de escribir una Nueva Constitución es una realidad. Ahora se abre un camino para discutir qué tópicos deberán ser abordados en ella y, como terapeuta ocupacional dedicada al trabajo con personas con Síndrome de Down, creo que la inclusión, en todas las formas posibles, debiera ser un tema tratado con altura de miras en este texto.
En lo que a mi área respecta, esto involucra el acceso a terapias multidisciplinarias durante las primeras etapas de vida, y luego, a un sistema de educación regular que les permita insertarse en el mundo laboral como personas autónomas.
Actualmente formo parte de un proyecto con familia que han enfrentado a largas listas de espera en el sistema público de salud, y, por otro lado, que no cuentan con los recursos para acceder a terapias privadas. La inclusión real no comulga con este panorama. El ámbito educacional también es otro punto al debe. Muy pocos niños y niñas con Síndrome de Down acceden a educación regular con Programa de Integración Escolar (PIE).
Es primordial que cambiemos el paradigma asistencialista hacia los ciudadanos que poseen alguna discapacidad, y para ello tenemos que transitar hacia un enfoque de derechos.
El Síndrome de Down es una condición, no una enfermedad, y nuestra labor como terapeutas ocupacionales es entregarles las herramientas para que se desarrollen en autonomía como cualquier ciudadano. El desafío está partiendo y tenemos la oportunidad de resignificar la inclusión y materializarla en oportunidades concretas para todas las personas.
Alison Santos Docente clínica TO, USS