"Los alerces son una magnífica expresión de la naturaleza en todo sentido..."
INVESTIGADOR. El ingeniero forestal hizo un repaso por su trayectoria académica y analizó la situación actual de los bosques de alerce en Chile.
Un total de 28 años de trabajo al alero de la Universidad Austral de Chile suma el destacado profesional Antonio Lara Aguilar, académico titular de la Facultad de Ciencias Forestales y Recursos Naturales, quien ha dedicado gran parte de su trayectoria a la investigación de las dinámicas de bosques, los servicios ecosistémicos y la dendrocronología.
En ese contexto, es que una de sus principales líneas de interés ha sido el estudio de los bosques de alerce, a propósito de los cual se convirtió en uno de los fundadores y presidente por nueve años de la Corporación Alerce, cargo que dejó recién hace algunas semanas.
El también investigador principal del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia, nació en Ciudad de México el 23 de abril de 1956. Hijo de madre mexicana (Ana Aguilar) y padre español (Cristóbal Lara), llegó a vivir a Chile a la edad de 7 años, debido a que su padre trabajaba en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Sus estudios básicos y medios los cursó en el Colegio San Ignacio El Bosque, en la región Metropolitana, y luego estudió ingeniería forestal en la Universidad de Chile, desde donde se tituló en 1981.
¿Por qué eligió esa carrera? "Siempre me gustó la naturaleza, desde que era chico. A mi padre le gustaba salir al campo, venir acá al sur, ir a los lagos, recorrer los bosques, pescar en los ríos. Todo eso me despertó una cercanía y amor por la naturaleza y ganas de trabajar por conservarla y darle uso sustentable", explicó.
En 1991 obtuvo el título de doctor en geografía en la Universidad de Colorado, en Estados Unidos. "Mi tema de tesis fue la dinámica de los bosques de alerce. La formación en este Departamento de Geografía me dio una visión muy amplia, lo que ha marcado mi posterior carrera", aseguró.
Con respecto a su trayectoria laboral, Antonio Lara comenta que "ha sido mayoritariamente académica, pero antes de hacer mi doctorado ejercí libremente mi profesión. Fui consultor para Naciones Unidas y también para el Comité Pro Defensa de la Flora y Fauna (Codeff). En 1986 me fui a vivir a Temuco, pues siempre quise vivir en el sur, trabajar acá, estar cerca de los bosques y el ecosistema de las montañas. Trabajé en la Universidad de la Frontera y estuve a cargo de la cátedra de ecología en la Facultad de Ciencias Agropecuarias".
"Lo que también marcó mi carrera fue mi postdoctorado a la Universidad de Arizona en el Laboratorio de Dendrocronología. Fue una excelente experiencia de aprendizaje que me permitió definir mis intereses científicos a futuro", agregó.
¿Cómo llegó a Valdivia y cómo podría describir estos 28 años como académico de la UACh?
- Antes de regresar de Estados Unidos postulé a la Universidad Austral y en cuanto llegué a Chile me vine a Valdivia. Han sido 28 años muy felices, una vida intensa de mucha investigación y docencia. Me encanta enseñar. He dictado cátedras de dinámica de bosques, restauración de ecosistemas forestales, silvicultura de bosques nativos, de agua ecosistema y sociedad, y también un curso de restauración. También hacemos un intenso trabajo en terreno, participamos en giras con estudiantes, e interactuamos con otros profesionales.
Ha sido una experiencia muy grata. Valdivia es un excelente lugar para vivir, y la Universidad Austral es un centro de conocimiento y enseñanza que juega un papel muy importante, no sólo para la zona sur austral de Chile, sino que para todo el país.
¿Cuáles han sido sus principales líneas de investigación?
- Por muchos años, he trabajado en dinámica de bosques, ver cómo cambian los bosques a través del tiempo, cómo responden, qué es lo que pasa después de incendios, deslizamientos de tierra, y de explotaciones realizadas de mala manera. Otro tema que también empecé a trabajar hace 20 años es el tema de los servicios ecosistémicos, que son los servicios provistos por la estructura y procesos de los ecosistemas y que benefician a las personas como la provisión de agua, la regulación de los caudales, o la captura de carbono que es muy importante para mitigar el calentamiento global.
Otro aspecto importante en mi carrera fue iniciar en Chile la investigación sobre los anillos de crecimiento para reconstruir el clima. Para ello creamos el Laboratorio de Dendrocronología y Cambio Global en la Facultad de Ciencias Fores-