Daniel Navarrete Alvear

Después de un año casi completo en que el covid 19 obligó a suspender la presencialidad de actividades masivas, en Los Libros del Gato Caulle se preguntaron cómo será cuando por ejemplo los escolares deban volver a las salas y se terminen las clases por Zoom.

La interrogante surgió a mediados del semestre (mucho antes de que el ministro de Educación dijera que las clases parten el 1 de marzo de 2021) y se volvió la motivación para organizar un concurso de relatos breves. Diego Corvera y Boris Farías, responsables de la librería independiente, decidieron entonces extender la invitación a escribir a estudiantes de enseñanza media con los que estaban compartiendo a distancia gracias a un proyecto financiado por Fomento Los Ríos.

Así nació "El primer día", certamen donde el desafío era poner en palabras el imaginario de cómo será el momento en que los jóvenes deban regresar a las aulas en la nueva normalidad.

"Al principio nos pareció que ellos estaban bastante sobrecargados con tanta actividad online, pero igualmente se animaron a participar y de esa experiencia surgieron propuestas muy interesantes", dice Corvera. Y agrega: "Son relatos escritos por jóvenes que imaginan cómo será la casa, el pueblo o el liceo después de la pandemia. Es también un juego, un pie forzado para detenerse, pensar y escribir nuestro territorio. Es, por último, una invitación a leer cómo será este siglo por quienes, en este siglo, nacieron".

Resultados

El primer lugar del concurso quedó en manos de Juan Oyarzún (Lanco), por "Diversión". En el texto plantea la paranoia de que la libertad que se avecina, una vez que se acabe la pandemia, podría volverse un encierro peor que el actual que obliga la cuarentena.

El segundo puesto fue para Clara Anglein Fröhlich (Valdivia), por "Pan de mediodía". Y el tercer lugar lo obtuvo Catalina Javiera Castillo (Valdivia), por "El virus se eliminó por completo".

El concurso considera una publicación con ilustraciones hechas por Gustavo Pacheco y en sus páginas están los premiados como parte de una selección de diez finalistas. La lista la completan: "1 día en 3 relatos", de Andrea Toledo (Lanco); "Memorias estudiantiles", de Milene Paredes (Panguipulli); "La mala suerte de Martín", de Martín Belmar (Lanco); "Una ilusión", de Javiera Alarcón (Valdivia); "La cruda realidad", de Karla Bustos (Máfil); "El inesperado primer día", de Francisca Rosas (Valdivia); y "Como todos los días", de Rayen Calficura (Lanco).

Además de estar en la publicación con las diez obras finalistas, el relato de Juan Oyarzún fue puesto en otro formato. La artista visual Mariel Sanhueza creó diversas ilustraciones relacionadas a distintos momentos de "Diversión" y las animó. Además, le puso una voz en off a modo de audiocuento. De esta forma articuló una pieza audiovisual de casi dos minutos de duración que permitirá llegar a nuevas plataformas y nuevos públicos.

La literatura, al igual que la gastronomía, ofrece un amplio abanico de alternativas. Hay títulos que no esconden su afán comercial. Están aquellos que de las páginas pasaron al cine. También los hay del tipo más intelectual y rebuscado, que contrastan con las novelas rosa de gusto popular. Hoy en día un Youtuber es éxito de ventas inmediato al relatar lo que al parecer a nadie le importa. La selva editorial da para todo y es en ese espacio donde muchas veces es complejo afinar la puntería.

Más allá de la discusión de que todo libro es bueno para estimular el habito lector, son los críticos literarios, en su ejercicio de mediación, los llamados a "iluminar el camino". Analizar, alabar o destrozar una obra no es tarea fácil, aunque claro está, es un ejercicio que nace de la innegable condición humana por la disconformidad. ¿Pero qué ocurre cuando se hace de manera pública?

Constantino Bértolo se dedicó a recopilar un sin fin de comentarios descriteriados y los puso en "Ojo crítico. Las peores críticas a los mejores autores" (Ediciones Uach).

En la obra entrega pistas sobre el rol de quien se dice ser crítico literario, de como funciona la crítica en los medios de comunicación y de la a veces agridulce relación con quienes proveen de ejemplares para ser desmenuzados.

No obstante, lo más atractivo del contenido es precisamente la compilación de críticas que destilan soberbia, sobre grandes autores de todos los tiempos y sus grandes obras que son casi de consulta obligada. O al menos son títulos que le suenan a la mayoría de las personas.

Creería usted que alguna vez Ezequiel Martínez Estrada dijo que Jorge Luis Borges era un "Turiferio a sueldo, vendido y envilecido"; y que el Springfield Republican publicó que "El gran Gatsby" era "Un poco floja, un poco blanda, algo más que un poco artificial. Se sitúa entre las novelas insignificantes".

Daniel

Navarrete

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