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permisos y jugársela por algo que no generaba un enriquecimiento científico. Esto no lleva a papers ni a mejoras en la carrera académica, sino que es un aporte concreto a lo que se requería en ese momento, aumentar la capacidad de diagnóstico.
-¿Cuántas personas trabajan en el laboratorio y qué profesiones tienen?
-En este momento somos 18. Entre ellos tenemos a Victoria Suescún, una microbióloga colombiana; hay una bióloga marina, varios bioquímicos y biotecnólogos. También tenemos una tecnóloga médica del Servicio de Salud, Gisela Wagner, quien nos ha apoyado durante todos estos meses. Ella conocía bien el manejo de la recepción de las muestras y las medidas de bioseguridad. A los primeros que llamé eran estudiantes de doctorado que habían hecho tesis en laboratorio y que había visto que trabajaban muy bien, que me generaban mucha confianza. Al principio trabajamos cien muestras al día y todo se hacía manual. Pero después el equipo se tuvo que ir agrandando porque estamos haciendo entre 500 y 700 muestras al día. Fuimos buscando al nuevo personal por currículum y por recomendaciones del equipo.
-¿Cuántas muestras han analizado hasta ahora y cómo ha sido la experiencia de dedicar su jornada a esto?
-Hasta el viernes llevábamos acumuladas 41 mil muestras. La verdad es que ha sido intenso, pero muy enriquecedor. Hemos tenido un muy buen apoyo de la universidad, de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo y Creación Artística (VIDCA) principalmente. Los gastos se pagan entre el ministerio de Ciencia y de Salud, y la universidad nos paga el almuerzo todos los días, lo que es de gran ayuda porque al principio llegábamos cansados a cocinar. También nos encendieron la calefacción antes porque en invierno, como todo estaba apagado y sin gente, hacía mucho frío. En este minuto hemos logrado unas jornadas laborales que nos permiten estar más cómodos, al principio nos costó más porque hacíamos turnos muy largos con muy pocos descansos. Ahora tenemos turnos de noche, de día y otro el fin de semana. Creo que ahora estamos en un ritmo que nos permite hacer más muestras y, además, el ministerio nos prestó un robot, entonces parte del diagnóstico ahora es robotizado. Y ha sido intenso porque Austral-Omics ha seguido funcionando en paralelo, ya que en gran parte se autofinancia. Como otros laboratorios han hecho recesos tenemos mucha demanda.
-Durante los últimos meses han crecido la cantidad de casos positivos ¿Cómo han vivido ustedes el aumento de muestras?
-En la región estuvimos por mucho tiempo muy estables en el número de positivos. Se vio un aumento sostenido de positividad a partir de agosto, aunque lento. Sin embargo en los últimos meses empezó a acelerarse. No somos el único laboratorio que funciona en la región, también está el del Hospital Base, por lo que el aumento de los casos se repartió. Cada laboratorio hace alrededor de la mitad de los exámenes. Esto coincidió con la llegada del robot y nos preparamos para el aumento de muestras. Nosotros recibimos las de los Cesfam, de la gente que se va a diagnosticar porque tiene síntomas y sus contactos. Entonces la positividad del laboratorio es bien alta.
-Desde el punto de vista personal ¿Qué ha significado para usted trabajar activamente en el combate del covid-19?
-Ha sido enriquecedor, ya que se ha podido demostrar que los científicos podemos aportar más allá de lo que hacemos en forma constante. En mi caso particular trabajo en un laboratorio haciendo servicios o investigaciones en insectos, pero como la genética es transversal pude contribuir en esta otra línea dentro de un equipo. Ha significado sentirme útil en términos de asesoría a los tomadores de decisiones. También ha sido importante familiarmente, tengo dos hijos, de 20 y 11 años, y veo que mi hijo menor está muy orgulloso de lo que hace su mamá. Hace poco tuvo que hacer un trabajo en el colegio sobre mujeres científicas que dejaron huella y él lo quería hacer sobre mí. Ha servido para instalar conversaciones y proyecciones.
-¿Y qué significó para usted haber sido reconocida entre las 100 mujeres líderes?
-Fue una sorpresa, no sabía que estaba entre las candidatas. Ha sido un año de hartas validaciones en términos profesionales. Siento que gracias a esto se han podido visualizar las regiones gracias a que todos estamos aportando en teletrabajo. He podido sostener reuniones con personas de este grupo de líderes, con quienes hemos establecido colaboraciones e ideas de trabajo futuro. Se abre una proyección de colaborar con personas que no habría conocido si no hubiese sido por este premio.
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Nombre: Andrea Ximena Silva Baez
Fecha de nacimiento:
7 de diciembre de 1976. Ciudad natal: La Calera
Familia: Dos hijos, Consuelo Ayala de 20 años y Manuel Nespolo de 11 años.
Ficha