Las municipalidades son el servicio público de mayor cercanía con la comunidad. Son la primera puerta a la que recurren los vecinos cuando deben resolver un problema, la satisfacción de una necesidad, el inicio de un emprendimiento u orientación sobre sus derechos y deberes. Una sociedad cada vez más exigente y demandante, la aparición de nuevas tareas y desafíos, los procesos de modernización y de cambio social, han ido significando para los municipios allegar nuevas funciones a las definidas originalmente, y se han venido dotando de un rol protagónico en la vida de las personas y las ciudades. Pero en ese camino, la legislación se quedó corta. Las administraciones comunales debieron hacer magia para constituir equipos que pudieran responder a esos nuevos desafíos locales, sin descuidar las tareas de base.

La Ley de Plantas Municipales con la que se configuran las funciones, los regímenes y cuotas de contratación de personal, era la misma desde los noventa, limitó drásticamente la capacidad de adaptación, y generó desigualdades en el trato a los trabajadores entre aquellos de carrera o "funcionarios", los que se incorporaron bajo régimen de "contrata" y los "honorarios".

El 2016 aprobamos la nueva Ley de Plantas, también conocida como de Fortalecimiento de la Gestión Municipal, que faculta a los alcaldes con acuerdo de sus concejos, a fijar o modificar sus plantas cada ocho años, dando la oportunidad de reordenar las estructuras institucionales de acuerdo a las verdaderas realidades de cada comuna.

Sin embargo, el estallido social primero, y la pandemia luego, trajeron graves dificultades presupuestarias y administrativas para implementar la ley, y los procesos de modernización están estancados en más de un centenar de corporaciones. Por eso en un nuevo proyecto que estamos abordando en la comisión de Gobierno Interior de la Cámara Baja, estamos propiciando que los municipios tengan más tiempo para regularizar la situación de sus plantas pendientes.

Otorgar un mayor plazo tiene sentido para avanzar bien y seriamente en la descentralización y modernización municipal; mejorar las condiciones laborales y la dignidad de los funcionarios municipales; y robustecer la prestación de servicios a la comunidad que, como ya sabemos de sobra, ha estado exigiendo mayor eficiencia y menos burocracia durante los últimos años.

Bernardo Berger Fett

Diputado

Maravilladas. Esa es una de las palabras que puede describir mejor la reacción de la mayoría de las personas frente al eclipse producido ayer, visible en un 100% en gran parte de la región. Videos, fotografías, comentarios, publicaciones y posteos en medios de comunicación y redes sociales, dan cuenta del entusiasmo que este evento astronómico generó en quienes pudieron verlo en directo, o seguirlo a través de transmisiones diversas.

Mirar hacia el cielo y sorprenderse del esplendor de la naturaleza fue un regalo de este 14 de diciembre. Uno que permitió recordar en conjunto la fascinación atávica de la Humanidad por el universo; ése que sigue lleno de misterios; aunque la ciencia ha logrado -con esfuerzo de siglos- liberarlo de supersticiones y multiplicar el conocimiento sobre él.

Es de esperar ahora que, desde esa alegría, se multiplique también una mayor conciencia respecto del cuidado del entorno. Que al bajar la vista capturada ayer en la altura; hoy se pueda ver las necesidades cotidianas y constantes del territorio por el cual se camina: cuidado del agua, manejo adecuado de desechos, reforestación, preservación de los ecosistemas, reducción de emisiones, elección de energías renovables.

En ese contexto es destacable la conmemoración, hace tres días, del quinto año del Acuerdo de París y que desde Chile se llamara a una recuperación económica post-covid, "verde, sana, resiliente y sostenible", asumiendo que en las decisiones políticas serán fundamentales para un desarrollo más sustentable.

Desde Los Ríos estas propuestas hacen sentido, considerando que es una de las zonas reconocidas por la alta conciencia ambiental de su población. Por lo mismo, se debe seguir adelante con medidas de resguardo y también con atención frente a hechos que hoy están en evolución: el monitoreo en el Santuario Carlos Anwandter; el cuidado de los humedales urbanos; el Avance de la Norma Secundaria que protegerá las aguas del río Valdivia y la pronta construcción del Relleno Sanitario Regional, entre otros.

Sin duda, hechos como los eclipses ayudan a "quebrar" la vida habitual y abren oportunidades de reflexión. Vale la pena no dejarlas pasar.