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boleta, pero no es así. Que el 80 por ciento de la leña que se vende en Valdivia sea informal significa que no se sabe su origen y el consumidor se ve afectado. Lo que se está haciendo es comprar algo que no se sabe cómo va a funcionar. Si viene húmeda, llega menos de lo que compró o de un tipo diferente al que le prometieron, no tiene a quién reclamarle. Todo eso va en desmedro de los derechos del consumidor". La persona que sí exige boleta puede pedir que su leña tenga menos de un 25 por ciento de humedad, además que se le respeten todas las garantías de la Ley del Consumidor. "Cuando los clientes de leña certificada no han estado conformes con lo que les vendieron -ha ocurrido muy pocas veces- nosotros le hemos pedido a los comerciantes que la cambien y lo han hecho. Ellos se preocupan de que su leña cumpla, porque si no se les quita el sello", relató.
También indicó que se debe actuar con responsabilidad. "Muchas veces somos muy buenos para reclamar los derechos, pero a la hora de los deberes estamos cojeando. Al no pedir boleta no sabemos si lo que nos venden es leña robada o extraída de bosques nativos sin un plan de manejo; no sabemos si a las personas que trabajaron extrayéndola les pagaron como corresponde. Ni siquiera sabemos si el camión que transportó el producto contaba con sus permisos en regla".
Descontaminación
Otro aspecto medido en este estudio fue cuánto se conoce sobre el Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA) y sus instrumentos en los hogares valdivianos. En un 56 por ciento de ellos los encuestados dijeron que conocen o han escuchado de él. Sin embargo, un 44 por ciento no sabe de su existencia. Lo que sí conocen es el Plan Operacional de Gestión de Episodios Críticos, un 86 por ciento mencionó estar al tanto de él. "Acá claramente hay una falencia del Estado en dar a conocer por qué se hace un PDA, por qué tenemos estos episodios críticos, para que casa habitante de la ciudad se pueda hacer cargo", dijo Jesús Eugenio, director de Acoval.
Con respecto a los efectos del uso de leña de mala calidad, el 91 por ciento de los encuestados mencionó conocer las consecuencias del uso de la leña húmeda en el medio ambiente y el 92 por ciento respondió que sí le preocupan estos efectos. A un 8 por ciento no le interesa que la calidad del aire sea mala u otros efectos negativos producto del uso de leña húmeda.
Los desafíos
Para Vicente Rodríguez, gerente de la Corporación de Certificación de Leña, existen varios desafíos relacionados con impulsar la compra formal. "Oficialmente la leña hoy no es un combustible, por lo tanto, no es regulado, no se exige certificación y existe un nulo o bajo nivel de fiscalización. Generalmente depende de la voluntad de las autoridades el ánimo con el que se fiscaliza y hoy ninguna institución inspecciona calidad, solo se indagan aspectos legales", dijo.
Agregó que desde el nivel central los desafíos están relacionados con legislar sobre el tema: "Hay varios proyectos de ley, pero necesitamos retomar este tema y sería muy bueno que el Estado y el gobierno se hagan parte para sacarlo pronto".
También destacó que se debe mejorar en la aplicación del Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA). "Hay varias medidas que son buenas y están reconocidas, pero los números dejan bastante que desear. El recambio de calefactores va muy lento, a la tasa que va no se cumplirá la meta de los cambios comprometidos. Lo mismo pasa con el subsidio de aislación de las viviendas. Por último, a nivel local estamos viendo qué pasa con la ordenanza que está comprometida con la Municipalidad de Valdivia y que tiene que salir prontamente. Esa ordenanza podría incluir acciones de fiscalización tanto de la legalidad, como de la calidad de la leña. También podría ordenar las labores que se hacen actualmente en las calles. Uno puede ver que ya hay rumas de leña, pasa gente cortando y deja sucio, se genera ruido. Estos son desafíos importantes que corresponden a las autoridades de turno", expresó.
"Una boleta garantiza un cierto nivel de trazabilidad que está relacionado con el cumplimiento de algunas leyes".
Vicente Rodríguez, Corporación de Certificación
"Al no pedir boleta no sabemos si lo que nos venden es leña robada o de bosques nativos; tampoco sabemos su calidad".
Jesús Eugenio, Acoval
97 por ciento de los hogares de Valdivia utiliza leña como el principal combustible para calefacción. Un 53% lo combina con otros sistemas, siendo el gas y la parafina las opciones más elegidas.
39 por ciento de las personas indicó que prefiere la leña por su capacidad calórica, mientras que el 31 por ciento indica que la prefiere por su precio.
60 por ciento de los consultados modificó su comportamiento en cuanto a consumo de leña por el covid-19. Esto por un aumento en el consumo por la mayor permanencia de personas en el hogar.