Año de
esperanza
Hemos comenzado hace unos días un nuevo año. El año recién pasado, sin lugar a dudas ha sido un año muy distinto a lo que estábamos habituados. Pero como en cada cambio de año, existe una sensación de aires nuevos y de esperanzas por el año que comienza. Se abre una "agenda" nueva lista para ser escrita con expectativas, temores e ilusiones.
El año comienza con el Domingo de la manifestación del Señor, llamado "Epifanía", se lee en este domingo el texto de Mateo 2, 1-12, que recuerda aquellos "reyes magos" que vienen de oriente, siguiendo una estrella, para conocer el lugar donde ha nacido el Mesías esperado, el rey de Israel. Les parece que lo lógico es ir donde el rey que reinaba en Jerusalén: Herodes, éste preocupado hace llamar a sus "sabios" para saber donde debía nacer el Mesías, y estos citando al profetas Miqueas, le dicen que Belén es el lugar donde debe nacer el Mesías. Los Magos de oriente parten, entonces, hacia Belén y encuentran el pesebre con Jesús niño, y le ofrecen sus regalos: incienso, oro y mirra.
Es interesante resaltar los contrapuntos. Dos reyes, uno en Jerusalén, en un Palacio, pero que era considerado un impostor, un falso rey; el otro, en Belén, en un pesebre, que no sólo es rey, sino que el Mesías, el Hijo de Dios Salvador. Así también encontramos dos tipos de sabios: unos, escribas y sumos sacerdotes, expertos en la Ley, que saben con exactitud donde nacerá el Mesías, pero que sin embargo no se mueven para ir al encuentro del Mesías; por otro lado, los "magos" de oriente, sabios, que caminan hacia Belén siguiendo una estrella, en busca de la fuente de la verdadera sabiduría: Jesús el Hijo de Dios.