"Mis mejores recuerdos en Paillaco están ligados al arte de la madera"
CENTENARIO. El querido vecino cumplió 100 años y ha dedicado su vida al arte de crear muebles con sello especial.
Cada ciudad tiene personas imprescindibles, que representan el espíritu de la comunidad. En Paillaco es Florentino González Bravo, mueblista y querido vecino, que cumplió cien años y ha visto crecer a varias generaciones.
Con alegría, ha colaborado en la construcción de la comuna y por ello constantemente es reconocido y destacado, siendo considerado de forma amistosa, "como parte del inventario comunal".
Nació el 26 de agosto de 1920 en la localidad rural de Pichiquema, lugar donde se mantuvo hasta 1947, fecha en la que se trasladó unos kilómetros al norte, para radicarse definitivamente en Paillaco, donde echó raíces profundas, tanto familiares como laborales.
Se casó en 1948 con Sida Lobos Salazar, con quien construyó una familia de cuatro hijos, seis nietos y tres bisnietos. Hasta 1960 trabajó en El Molino, para posteriormente comenzar con su mueblería Bilbao, que hoy es utilizada como taller y donde se conservan varios de sus trabajos.
En ese periodo construyó muebles para empresas, particulares y servicios públicos. Aunque los más importantes los hizo para su familia "y todavía se mantienen en buen estado a pesar de los años", dice.
Usted es una de las pocas personas que conoce a Paillaco desde sus comienzos, ¿Ha pensado en escribir o participar en un libro que cuente esa historia?
-Años atrás, se intentó escribir un libro con la historia de la Comuna. En ese entonces, fui invitado a participar aportando datos, pues se puede decir que soy de los pocos que van quedando, que ha vivido la historia de Paillaco desde sus inicios. Lamentablemente, por cambios en la administración municipal el proyecto fue truncado y jamás se concretó. Por mi parte, no he tenido intenciones fuertes de escribir un libro, pero cada vez que puedo, voy contando la historia a quien desee escucharla. La formación de Paillaco no fue de un día para otro, costó mucho para que la administración de La Unión se decidiera a aceptar a Paillaco como independiente, es por eso que es importante que esa historia no quede en el olvido.
¿Cómo considera que ha sido el desarrollo de la comuna?
-He visto que desde la década de los 90 en adelante ha tenido un gran desarrollo. Está bien equipada con los servicios básicos como bancos, supermercados, comercios importante y farmacias, entre otros. De todas maneras, creo que lo que hace falta es un Hospital más grande, con especialidades médicas para que no tengamos que viajar a otras ciudades cuando necesitamos atención médica más puntual. Si la comuna es bien administrada seguirá creciendo por su gran ubicación entre dos carreteras importantes.
¿Cuáles son sus mejores recuerdos en la comuna?
-Mis mejores recuerdos están ligados al arte de la madera, pues construí mi casa íntegramente yo solo, criamos y educamos a nuestros hijos gracias al trabajo que desarrollé en este rubro. Luego ver que mis nietos vuelven cada vez que pueden al "Taller" es realmente reconfortante. Veo que ha servido de unión familiar. Cuando niños, mis nietos y nietas jugaban en el Taller; luego cuando tenían que hacer manualidades para el colegio, también venían al Taller. Y ahora de grandes se acercan al Taller para que les repare algo y conversar de maderas.
¿Se perdió la esencia del mueblista?
-El mueblista es el artesano que pone todo su empeño para que cada mueble sea único y duradero. Es el responsable de su creación. Ya no está la esencia de la artesanía. Tampoco se está trabajando con maderas nobles, pues es difícil conseguir maderas duraderas, y el costo de fabricación es elevado.
¿Fue difícil este período de crisis sanitaria para ud y su familia?
-La pandemia ha obligado a cambiar varios hábitos de mi vida cotidiana. Ya no podemos asistir a gimnasia, ni a reuniones con amigos. Tampoco puedo salir a caminar, actividad que realizaba todos los días.
Sólo queda esperar que el ánimo no decaiga, pues creo que esto va para largo.
"La pandemia ha obligado a cambiar varios hábitos de mi vida cotidiana. Ahora no se puede asistir a gimnasia, a reuniones con amigos, ni salir a caminar..."
Florentino González Bravo, Mueblista paillaquino.