"Me había programando para un retiro gradual, pero el covid adelantó todo..."
PROFESIONAL. Francisco Saldías es un referente en la región en enfermedades broncopulmo-nares y sabe de pandemias, por su labor contra la tuberculosis. Frente al covid, recomienda autocuidado.
En un año marcado por la pandemia, llegó la hora de colgar el estetoscopio y dar rienda a nuevos proyectos un tanto postergados por su amor y vocación a la medicina. Así pronto a cumplir los 75 años de edad y 47 de servicio profesional el doctor Francisco Saldías se retiró de su quehacer y dejó a más de un centenar de pacientes agradecidos y a otros buscando su remplazo.
De una familia de seis hermanos, tres de ellos estudiaron medicina; siguiendo los pasos de su padre médico originario de Chillán, que estudió en la Universidad de Chile en Santiago y a raíz del terremoto 1939 se trasladó al recién inaugurado Hospital Regional de Valdivia. Dos años más tarde trajo a su madre santiaguina nacida en Tacna cuando era chilena.
-¿Qué recuerdos de niño tiene en relación a su familia?
-Los veranos en Niebla donde teníamos una casa, donde todo era rústico, sin energía eléctrica, agua de pozo o sacar en balde de un estero, para transportar yuntas de bueyes y caminatas por las playas. En varias ocasiones fuimos a Curiñanco, partíamos a las 5 de la mañana y llegábamos a las 3 de la tarde muy cansados, no había caminos y la mayor parte del trayecto era caminando por las rocas y playas. Durante el período de clases, éramos muy de barrio (Esmeralda), amigos por todas partes.
-¿Alguna vez jugó a ser médico de niño o se lo imagino?
-Lo cierto era que admiraba a mi padre y me gustaba acompañarlo a realizar sus visitas a domicilio en auto, pero que fuera a ser médico no. Era un siete para el dibujo y tuve inclinaciones de entrar a arquitectura. Sin embargo, mi padre me sugería que estudiara medicina.
-¿Cómo se vinculó con la medicina?
-Tal vez fue el hecho de observar a mi padre ser feliz con su profesión, si bien tenía jornadas agotadoras, no lo sentía como un peso sino como ir resolviendo problemas de los pacientes del servicio público como privado.
En la época que egresé de la secundaria a los 17 años, me pregunté ¿por qué no medicina? Di el bachillerato y no me alcanzó el puntaje. Como no existían los pre universitarios me propuse estudiar Biología en la Universidad Austral cursando el primer año sin dificultad, volví a repetir el bachillerato quedando en Medicina de la Universidad de Concepción. En esos tiempos el primer año era indiferenciado y se llamaba Propedéutico.
-¿Porque jubilarse ahora, cuando aún tiene tanto por entregar?
-En el sistema judicial jubilan a los 75 años, pienso que es una edad razonable para retirarse. De la Universidad me retiré a los 65 años debido a que cada vez la docencia era más interactuar con el alumno y noté que un problema auditivo era un impedimento en salas auditorios. Más tarde y a los 69 años de edad dije adiós al Servicio de Salud. Posteriormente seguí ejerciendo en la consulta privada especialmente Garantías Explícitas en Salud (GES) de Asma Bronquial y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Me he ido programando para retirarme gradualmente por razones de salud, pero por recomendación de mi médico el 16 de marzo dejé definitivamente de trabajar. Lo adelanté un año por la irrupción del COVID, así que no fue tan doloroso.