Ley de eficiencia energética
En el mundo de la energía, hay tres hermanos: el mayor, Fósil, quien permitió la revolución industrial; el segundo hermano es Renovable. Es la estrella en ascenso, todos lo quieren porque es limpio, eficiente y glamoroso. El tercer hermano es Eficiente; es el más cercano a Renovable, y se complementan de maravilla. Sin embargo, es el hermano discreto, trabajador y de bajo perfil; el que escapa de las fotos y que es difícil de conocer; tiene que entrar en confianza antes de mostrar lo virtuoso que es.
Eficiente es tan importante que, a nivel mundial, contribuirá en mayor porcentaje a la reducción de emisiones de GEI que Renovable; en Chile gracias a él podríamos cubrir un 35% de la meta de carbono neutralidad. Y en Japón, donde fue reconocido por ley hace 40 años, es tan poderoso que se necesita poco más de la mitad de energía para producir una unidad de producto respecto del país que lo sigue en eficiencia. No olvidemos que la energía es entre 10 y 15% de los gastos totales de una empresa.
La nueva ley aprobada en Chile institucionaliza la Eficiencia Energética como una política de Estado; facilitará que grandes empresas hagan permanentemente una buena gestión de energía; incentivará la llegada de vehículos más eficientes y de cero emisiones; informará a las personas al momento de comprar su vivienda sobre el consumo de energía de éstas; fomentará el buen uso de la energía en las instituciones del Estado y; permitirá regular el hidrógeno como un combustible.
Ha sido un largo proceso, pero la aprobación unánime en el Congreso de la Ley de Eficiencia Energética, junto al acuerdo con el proyecto de las ONGs ambientales, el empresariado y la Academia, nos muestra que podemos, como país, conversar y generar amplios acuerdos en torno a iniciativas que fomenten el desarrollo sostenible.
Ignacio Santelices Dir. Ej. Agencia de Sostenibilidad Energética (AgenciaSE)
A cuidarse
Estamos padeciendo el peligro de una nueva ola de contagios con la pandemia del coronavirus. Es muy preocupante y no debemos olvidar cuántos de nuestros compatriotas han partido afectados por este virus, que no da tregua, que no respeta, edades , credos ni familias.
Es muy importante que aprendamos hoy a cuidarnos más que nunca. Lamentablemente, hemos sido testigos que muchos han dejado su responsabilidad y su madurez de lado, para seguir un contagio que no podemos imaginar.
Las medidas sanitarias implementadas no podrán remediar nada si no somos capaces de tomar conciencia a lo que nos enfrentamos otra vez. Si queremos abrazarnos, sonreír, disfrutar de la vida y nuestras familias y ver nuevos amaneceres, es hora de tomarnos de las manos y hacer una ronda de los afectos, del cariño y el amor al prójimo para ayudarnos. Con todos unidos quizás logremos el milagro.
De nuestras conductas y hábitos de comportamiento depende ver la luz de la esperanza y que ella vuelva a nuestros corazones.
Arturo Goddard Bravo Profesor Normalista normalista1949@hotmail.com
Falta de hábitos
Las últimas cifras de la encuesta entregadas por Cadem, un 57% de los chilenos cree que la principal causa del aumento de contagios por Covid-19 se debe a que la gente no respeta las medidas sanitarias impuestas por la autoridad como el distanciamiento social, el uso de mascarillas, la imposición de cuarentenas y los toques de queda .
¿Cómo medidas tan simples, son tan difíciles de cumplir? Tal vez porque nos hemos formado en una sociedad basada en el individualismo y la ausencia de cooperación.
El coronavirus no nos sale a buscar, el covid-19 se desarrolla en la medida que nosotros no respetamos el cuidado personal y el de nuestro entorno.
¿Cuánta gente usa mascarillas y deja su nariz fuera de ella; cuántos la dejan sin ajustar, o la utilizan demasiado? ¿Por qué? ¿Qué no se entiende?
Y sobre lavarse las manos ¿por qué no se hace regularmente? o ¿es tan difícil quedarse en casa? y solo tener salidas estrictamente necesarias. ¿Es difícil planificar nuestras necesidades de compra?
Todo parece indicar que el individualismo requiere de la vacuna no para superar una pandemia, sino para seguir con una comodidad que no da cuenta de nuestro rol real en la comunidad y en el planeta de hoy.
Ing. Luis Carrasco Garrido Prev. Riesgo y Medio Ambiente UTEM
Uno de cada 8
Un dato para los porfiados que siguen promoviendo y participando en fiestas ilegales: uno de cada ocho enfermos recuperados de covid-19, muere a los 150 días, por complicaciones cardiacas, riñones y al hígado.
Es importante que lo lean quienes están convencidos, que basta con un paracetamol con una limonada para seguir zapateando la fiesta, hasta que las velas no ardan, a propósito de velas, cuídense...
Luis Enrique Soler Milla lsolermilla@yahoo.es