Esta vez, por favor, no "saltarse la fila"
37 mil personas a nivel nacional y casi 1.600 en Los Ríos se han vacunado sin pertenecer a los grupos priorizados. Anuncian sumarios y fiscalizaciones. Pero, más allá de la penalización, es necesario revisar la costumbre de poner delante los derechos personales sobre el bien común.
Casi 1.600 personas de Los Ríos fueron vacunadas en los días recientes sin cumplir los requisitos estipulados en el calendario oficial de inmunización. Es decir, no son adultos mayores, ni enfermos crónicos, ni tampoco "personal esencial".
A nivel nacional, el Ministerio de Salud informó sobre 37 mil ciudadanos "saltándose la fila", como ha sido descrita coloquialmente la situación. Si bien la cifra es un porcentaje bajo de los 2,6 millones de vacunados a la fecha; lo complicado es que la cantidad de dosis es finita y al entregarla primero a sanos y jóvenes (18-59 años), se podría dejar sin ellas a los grupos de riesgo, que la necesitan antes.
La polémica crece. Sobre todos porque el proceso está en manos de las municipalidades y los analistas no descartan que esta facilitación a algunos por sobre otros tenga motivaciones populistas y políticas, dada la cercanía de las elecciones. Es una opción posible. Sin embargo, también es cierto que hay mensajes oficiales contradictorios sobre la cantidad esperada de beneficiarios ("entre más gente se vacune, mejor") y la definición de quiénes deben recibirlas, que ha ido variando, con la inclusión de profesores, parlamentarios, funcionarios públicos, trabajadores privados sin distinción, con decisiones no siempre acompañadas de una explicación clara y pública sobre el privilegio otorgado. Todo eso confunde.
Para frenar las vacunaciones que no corresponden, habrá fiscalizaciones en todos los puntos de servicio, que son 23 en la región. Junto con ello anuncian sumarios para las comunas donde se incumplan las reglas y se oficializó nuevamente el calendario, con especial llamado a que concurran los mayores de 65 años (ver página 10).
Es de esperar que ese control se haga con rigurosidad y surta más efecto que el aplicado para el de las cuarentenas. Pero, más allá de la penalización, es necesario revisar la costumbre de poner delante los supuestos derechos individuales sobre el bien común, como también la excusa triste y extendida de hacer algo inapropiado "porque todos los demás lo hacen".
En este proceso, como en el del autocuidado frente al contagio de covid-19, se requiere responsabilidad y conciencia social. Una verdadera; no sólo pancarta.