"No tengo dudas de la seguridad de la vacuna Sinovac, tengo dudas acerca de su efectividad"
La experta ya recibió esa dosis y cree que, para asegurar los productos, el Gobierno optó por el "sálvese quien pueda".
"Yo no soy antivacuna. Al contrario, quiero que la gente se vacune, pero necesitamos que el gobierno sea transparente sobre cómo toma decisiones y por qué las toma. Cuáles son los análisis de costo y efectividad que ha realizado". La académica Vivienne Bachelet (prima de la expresidenta Michelle Bachelet) pide aclarar el punto de su apoyo a las vacunas antes de plantear sus críticas sobre la transparencia de los procesos que llevaron al gobierno a aprobar Sinovac, de origen chino, el antídoto con el que se ha inoculado a más de 2,5 millones de personas en Chile. De hecho, ella misma ya se vacunó.
Bachelet dirige la Unidad de Medicina Basada en Evidencia de la Universidad de Santiago (Usach) y su carrera profesional ha estado siempre marcada por su cercanía con la integridad y ética en las publicaciones científicas. Justamente esta semana compartió en sus redes un cuadro de la prestigiosa revista Lancet que compara todas las vacunas contra el covid-19 que están circulando en el mundo, especificando entre otros parámetros si han sido o no aprobadas por algún organismo regulatorio exigente, el valor, la cantidad de dosis que podrían producir y su efectividad. Esta planilla muestra que el producto de Sinovac es más caro y menos efectivo que otros en el mercado; y pese a ser aprobado por el Instituto de Salud Pública (ISP) de Chile, tampoco tiene el visto bueno de organismos internacionales.
Bachelet explica que "las vacunas debieran estar autorizadas, cualquiera que se aplique, por organismos regulatorios que se llaman stringent (rigurosos) y esos son pocos en el mundo: la FDA (Food and Drug Administration) y la EMA (European Medicines Agency) en Europa, o bien la misma OMS (Organización Mundial de la Salud. En segundo lugar, los criterios que se toman o que se tienen a la vista y que se definen para aceptar cualquier vacuna o medicamento en Chile por el ISP debieran ser enteramente transparentes para la población, para cualquiera que quisiera auditar el proceso de decisión. Por cierto, sabemos que hay algunos elementos que no se van a divulgar, que es información confidencial, relacionada con los procesos de producción, o las fórmulas comerciales que están sujetas a propiedad intelectual. Pero todo lo relacionado con los ensayos clínicos en fases 1, 2 y 3 que se hacen para la autorización de intervenciones, ya sea terapéuticas como preventivas, deben ser de conocimiento público y por lo tanto disponibles en la página del ISP. Eso es fundamental en este tipo de materias.
-¿Eso no ha pasado con las vacunas en Chile?
-Estamos con la vacuna de Pfizer, que es la primera que llegó y que tenía datos de fase tres publicados. Entonces, estaban disponibles en revistas publicadas por pares y que había sido aprobada por la FDA. Por lo tanto, la vacuna sí cumple con los criterios que señalé anteriormente. La de Sinovac no ha sido aprobada por otros organismos regulatorios exigentes, aún. Puede que lo sea más adelante, pero tampoco hay datos de resultados de fase tres publicados en ninguna parte, y tampoco se conocen los datos del ensayo de fase tres realizado en Chile (encabezado por la Universidad Católica), ni tampoco se conoce el precio que se pagó ni los acuerdos para traer la vacuna a Chile.
-¿Se apresuró el ISP en aprobar la vacuna Sinovac?
-Así es. Uno quisiera saber por qué. Recuerde usted que el ISP inicialmente no aprobó la vacuna Sinovac para mayores de 60 años, porque no había datos que respaldaran su uso y unos días después ese requerimiento se relajó y se dijo que la rama chilena del ensayo clínico había aportado más datos y entonces cambiaron la decisión en materia de días. Eso no es convencional, como tampoco lo es que sea la rama chilena la que paga la realización del ensayo clínico de una farmacéutica en el país. Lo convencional es que sean los laboratorios los que pagan por la realización de esto. Si el protocolo es del laboratorio farmacéutico, de la industria, entonces esa industria, que se queda después con los beneficios comerciales de la producción de un medicamento, es quien debe pagar también por la realización de los ensayos de cualquier fase. El Mercurio entregó información sobre cómo fue el proceso de introducción de Sinovac en Chile. Según ese diario, el gobierno habría aportado cuatro millones de dólares y la Universidad Católica se habría conseguido otros dos millones con la CPC para efectos de la realización de la rama chilena del ensayo clínico de la vacuna fase tres.
-¿Se negoció así para bajar el precio?
-Eso no lo sabemos.
-¿Eso debiera transparentarse?
-Claro, dicen que fue así, pero no he visto y no sé si alguien podrá aportar documentación sobre eso para confirmarlo. Uno quisiera ver una crónica reportando los arreglos comerciales a los que se llegó. Sí está claro que en la medida en que el gobierno invierte cuatro millones de dólares de platas fiscales, evidentemente tiene un conflicto de interés en hacer que esa inversión rinda y, por lo tanto, para que la vacuna sea finalmente aceptada. ¿Y qué pasa si la vacuna no es eficaz?
-Se ha dicho que Chile hizo una apuesta política comprando "en verde" a varios proveedores para asegurar que la mayor parte de la población se vacunara sin saber cuál iba a funcionar.
-Se puede hacer una crítica política a esa decisión de Chile. Y yo la quiero hacer. Hay mucha gente que defiende el actuar del gobierno diciendo que nos puso en la delantera del proceso de vacunación. Pero también nos puso en la lógica del sálvese quien pueda, que es una lógica neoliberal. La OMS recomendó hace bastante tiempo que todos los países sólo vacunaran el 20% de su población, y nada más, en la medida que hubiera otros países que no lograran ese mismo 20%. ¿Por qué? Porque había que asegurarse de que la producción mundial de vacunas alcanzara a ser distribuida parejamente entre países de altos ingresos y países de medios y bajos ingresos. Porque esta pandemia sólo la podremos superar si hacemos un esfuerzo mancomunado. Si tú vacunas un país entero, como lo están haciendo Israel, Reino Unido, y podría ser también el caso de Chile, teniendo otros países rezagados, es muy alta la probabilidad de que surjan variantes emergentes resistentes que no induzcan inmunidad a las vacunas. Véase el caso concreto, empírico, de la variante sudafricana. Como estamos en un mundo globalizado, cualquier otra variante necesariamente va a aparecer en otros países ya vacunados. Por tanto, el esfuerzo tiene que ser basado en principios de justicia y equidad. Lo que hizo el gobierno de Chile fue aprovechar su condición de país de alto ingreso para asegurar su stock de vacunas, independiente de lo que sucediera en el resto de la región o del mundo. Por lo tanto, sí hago una crítica política al actuar de este gobierno, a las decisiones que tomó.
-¿No sacamos nada con vacunarnos si nuestros vecinos no están vacunados?
-Y no sólo nuestros vecinos, porque hoy día las variantes de virus saltan de continente en continente.
-¿Vacunarse o no vacunarse?
-Vacunarse de todos modos, incluso con Sinovac. Yo misma ya me vacuné. No tengo aprensiones respecto de la seguridad de la vacuna Sinovac, tengo dudas acerca de su efectividad, pero ya veremos en abril si es que bajan las tasas de muertes y hospitalizaciones por coronavirus en Chile. Ahí veremos cómo anda en términos de efectividad, efectividad entendiéndose como el parámetro en población ya. Por tanto, sí vacunarse, pero junto con eso nunca dejar de tener la cabeza fría y una actitud de vigilante respecto de la forma en que se toman las decisiones, especialmente en países como los nuestros que son bastante precarios institucionalmente y cuyas autoridades carecen de la credibilidad necesaria para enfrentar temas de este tipo.
"Sinovac no ha sido aprobada por otros organismos regulatorios exigentes, aún. Puede que lo sea más adelante, pero tampoco hay datos de resultados de fase tres publicados en ninguna parte". "Lo que hizo el gobierno de Chile fue aprovechar su condición de país de alto ingreso para asegurar su stock de vacunas, independientemente de lo que sucediera en el resto de la región o del mundo".