Daniel Navarrete Alvear
La comunidad creativa de Los Ríos perdió a dos de sus más destacados fotógrafos el fin de semana. Carlos Fischer (62) y Raúl Torres (80) fallecieron con menos de 24 horas de diferencia debido a complicaciones de salud.
Ambos fueron académicos de la Universidad Austral de Chile en diferentes períodos y complementaron la docencia con generación de obra propia y gestión de proyectos para impulsar el desarrollo y la apreciación de la fotografía.
Hoy son sus familiares, amigos y cercanos quienes analizan la importancia de la labor realizada y revelan las claves de un trabajo por el que serán siempre recordados.
Trayectoria
Muy posiblemente Raúl Torres heredó de su padre José María, la pasión por la fotografía. Se familiarizó con esta práctica y cuando decidió estudiar artes en la Universidad de Chile, ya se había formado como autodidacta. Siempre se las ingenió para entender los procesos químicos y la articulación técnica de una buena composición.
Tenía un laboratorio de revelado en su propia casa. Sus hijos José Raúl y Rodrigo se criaron en un ambiente rodeado de todo lo necesario para capturar imágenes. Los dos comparten recuerdos de infancia de cuando acompañaban a su padre en su trabajo en el cuarto oscuro, usando un delantales de plástico hecho especialmente para la ocasión.
"En cierta forma aprendimos jugado y viendo lo que él hacía. Estar en el cuarto de revelado era una experiencia única donde mágicamente se plasmaba algo sobre un papel en blanco. Nosotros pudimos vivir aquello gracias a que a él siempre le interesó investigar y formarse en camino que finalmente nosotros también terminamos siguiendo", dice Rodrigo Torres, académico en la Escuela de Artes Visuales Uach y creador de Galería Quarentena.
A Raúl Torres siempre le interesó promover la fotografía. Gestionó la carrera técnica en el Instituto Vicente Pérez Rosales, creó el Sindicato Profesional de Fotógrafos e incluso presidió el Foto Cine Club de Valdivia.
A fines de la década de 1980 se integró a la Escuela de Periodismo de la Universidad Austral de Chile donde hizo clases de fotografía y diseño gráfico. Para aquel entonces ya contaba con una larga trayectoria con hitos como por ejemplo haberse desempeñado como dibujante técnico y haber vivido una temporada en Colombia donde se familiarizó con la fotografía a color. Ello le permitió, al regresar a Valdivia, volverse pionero de esta especialidad a nivel independiente.
Lecciones
En paralelo a la docencia, Raúl Torres se encargó de retratar la ciudad que habitó como una forma de perfeccionar su lenguaje artístico. En 1981 logró el primer lugar del Salón de Fotografía de Valdivia gracias a una imagen del vapor Collico.
Sería una de las pocas veces que aceptó mostrar su trabajo en público. "Le gustaba el paisaje y apuntaba de una u otra forma a la simplicidad que tiene el arte japonés. No generaba obra con la intensión de exhibirla, además en su época no habían tantos lugares donde poder hacerlo. Lo cierto es