Alta positividad; la mayor tasa de incidencia de Chile; cifras sobre 200 casos nuevos todos los días y hasta más de 300 en varios; diecinueve personas fallecidas en la última semana; todas las comunas en cuarentena. Estas son algunas de las noticias recientes en Los Ríos respecto del covid-19. Nada alentador y, lo peor, es que todo apunta a que el "efecto vacaciones" seguirá sumando contagios y colapsando los servicios hospitalarios.

El 16 de marzo se cumplirá un año desde que la pandemia llegó a la zona y se detectó al enfermo inicial de este doloroso proceso. El 4 de abril serán doce meses desde el primer fallecimiento. Hoy las estadísticas señalan un total de 247 víctimas fatales, un acumulado de 21 mil 425 personas que tuvieron coronavirus y 1.406 casos activos, que pueden transmitirlo.

Las cifras son graves en todo Chile, pero eso no es consuelo. Al contrario. Desde acá se ha contribuido notoriamente -en proporción a los habitantes- a que la pandemia siga y los números locales reflejan un comportamiento de creciente irresponsabilidad comunitaria, algo que suena duro decir, pero muy fácil comprobar: aglomeraciones en los locales públicos, reuniones en las casas, salidas innecesarias en días de restricciones, gente sin mascarillas, lavado de manos casi nulo, distancias sociales escasamente respetadas (y hasta enojos si alguien las solicita). Todo eso, además de escasa fiscalización, por ejemplo, en las ferias libres y las artesanales autorizadas durante febrero, donde las atenciones regresaron con puestos enfrentados y concentración de compradores entre dos filas de vendedores, aunque el plan original siempre fue usar una sola vía de las calles, para permitir flujo abierto.

Desde Santiago, el asesor Minsal Tomás Regueira enfatizó ayer en que el país debe extremar medidas de precaución "para sobrevivir los próximos dos meses". Esto, apostando a que las vacunas generarán un efecto de protección en rebaño pronto.

Es cierto que algunos están obligados a salir para buscar sustento, pero también son muchos los que pueden quedarse en casa y colaborar con ese llamado, realizando esfuerzos adicionales para cuidarse cada uno. Acciones individuales, pueden traer beneficios colectivos. Hay que profundizar la conciencia de eso.

Chile se verá enfrentado este 11 de abril -y probablemente también el 10 si prospera el proyecto en esa línea-, a un escenario inédito. Serán muchas elecciones, es cierto. Pero son necesarias para ir avanzando y resolviendo temáticas en los distintos campos de acción. Y se dan en medio de las dificultades propias de la pandemia.

Por primera vez elegiremos gobernadores regionales. Lograr que existiera este cargo fue una lucha dura en materia de descentralización, que una vez que asuma quien gane, partirá sin todas las atribuciones y competencias que nos hubiera gustado a quienes somos verdaderamente regionalistas, pero al menos es un primer paso hacia la verdadera descentralización.

También elegiremos a los constituyentes que tendrán a su cargo redactar la nueva Carta Fundamental.

En esto hay que ser cuidadoso. No se trata de cualquier tarea, sino de un proceso altamente técnico y jurídico, especializado, para que todos los chilenos y los extranjeros que viven aquí, tengamos principios rectores claros que orienten e inspiren nuestros ordenamiento jurídico global y, con ello, nuestro camino nacional y nuestras formas de relacionarnos como sociedad por las siguientes décadas.

Y definiremos igualmente en abril, los nombres de los alcaldes y los concejales para encabezar los gobiernos comunales, tarea no menor pues son los municipios y no otro servicio público, la primera puerta a la que los vecinos tocamos cada vez que buscamos resolver un problema, una necesidad o una ayuda. Son los entes más cercanos, y una buena o una mala gestión municipal afecta a todos quienes vivimos en la comuna.

Son, estimado lector, todos éstos, procesos electorales que se dan en medio de un Chile que ha estado duramente convulsionado los últimos años por la violencia en el sur, la delincuencia que no cesa, la desconfianza en las instituciones, la incertidumbre que dejó el estallido social y, más recientemente, por los efectos de la pandemia.

Por ello y con mayor razón, es importante participar. Y decidir. Y es a través del voto cómo usted puede expresarse eligiendo a quienes mejor lo representen.

Votar es el principal y primer derecho y deber que tenemos todos los ciudadanos que somos parte de esta gran nación.

Bernardo Berger Fett

Diputado