Daniel Navarrete Alvear

Roberto tiene un año y medio de vida. A los cuatro meses le diagnosticaron alergia a la proteína de leche de vaca y ello puso en jaque a su familia. Aunque afortunadamente se logró establecer a tiempo las causas de diversos síntomas gástricos del menor (como cólicos y deposiciones con sangre), el problema que vino más tarde fue igualmente preocupante: enfrentar la vida con ciertas restricciones alimentarias.

La veterinaria Daniela Meza, mamá de Roberto, reconoce que debido al caso de su hijo descubrió un mundo distinto de información, sobre una patología de la que no se habla mucho.

"Es algo que está minimizado, precisamente por el desconocimiento. Nosotros afortunadamente logramos un diagnóstico a tiempo y lo que vino después fue tener que acotar tremendamente las alternativas de alimentos disponibles para comprar. Uno de los problemas más grandes es que uno desconoce la gran cantidad de alimentos que tienen leche en sus ingredientes. Básicamente, no solo se trata de dejar de tomar leche y de consumir yoghurt y mantequilla. El espectro de riesgo es muchísimo más amplio y es ahí donde se necesita orientación", explica.

Tamara Guerrero vive una situación similar con su hija Emma, la que sufre de alergia alimentaria múltiple. En su momento deambuló entre pediatras y gastroenterólogos, para dar con pistas sobre el real estado de salud de la pequeña. Y una vez que lo supo se volvió una de las fundadoras de la Corporación Alergias y Salud Chile, junto a Paola Aguayo y María Jesús Guevara.

Es una institución sin fines de lucro que se dedica a orientar a todos quienes se ven enfrentados a un cambio de vida radical, por culpa de los alimentos. Funciona como una red de apoyo desde Concepción al sur y hace cinco días puso en marcha una inédita campaña de alcance nacional.

Fue creado el "Sello Apto AA", para tiendas físicas y virtuales que comercializan alimentos recomendados para