La falla continental más rápida de Chile: Liquiñe se mueve a 18,8 milímetros por año
ESTUDIO. Se desarrolló en la comuna de Panguipulli y acaba de ser publicado en la revista Scientific Reports del grupo Nature.
Una investigación desarrollada por miembros del Núcleo Milenio Cyclo logró medir, por primera vez en Chile, la velocidad de desplazamiento de la falla Liquiñe (en el continente), en la comuna de Panguipulli. Los resultados han permitido dilucidar que esta falla se desplaza a una velocidad de 18,8 milímetros al año, movimiento tildado como "rápido" por los investigadores, pero que no ha liberado energía en forma de terremoto, más bien, en un fenómeno llamado "reptación asísmica".
"A escala nacional, esta es la falla más 'rápida' que se ha estudiado. Por ejemplo, a modo de comparación, la falla San Ramón, en Santiago, se mueve a una velocidad de 0,1 milímetros por año", dice Daniel Melnick, director de Cyclo.
Para Luis Astudillo-Sotomayor, quien es estudiante del Doctorado en Ciencias Geológicas de la Universidad de Concepción, lo esencial de este estudio es que, de forma inédita, un equipo científico estima la velocidad de desplazamiento de una traza del sistema de fallas Liquiñe-Ofqui.
"Es primera vez que se puede realizar este tipo de estimaciones. En casos anteriores se ha establecido la velocidad o tasa de deslizamiento para el sistema de fallas completo, a escala de millones de años. Pero la relevancia de hacerlo a escala de miles de años, es que la recurrencia de terremotos que podrían ocurrir en este tipo de fallas, están en ese intervalo de tiempo. Por eso, estimar la velocidad a la que se mueve una falla en esta ventana temporal, nos sirve para evaluar el potencial o posible amenaza que podrían presentar en el futuro para las zonas que están ubicadas alrededor de la falla", dijo.
Los hallazgos de este estudio se detallan en la publicación "Fast Holocene slip and localized strain along the Liquiñe-Ofqui strike-slip fault system, Chile", publicado en la revista Scientific Reports del grupo Nature y desarrollada por los miembros de Cyclo, Luis Astudillo-Sotomayor, Daniel Melnick, Joaquín Cortés-Aranda y Andrés Tassara; junto a Julius Jara-Muñoz y Manfred R. Strecker, ambos del Instituto de Geociencias de la Universidad de Potsdam, Alemania.
El estudio
Esta investigación, dijo Astudillo-Sotomayor, se centró en una traza o ramal de 30 kms. de largo del sistema de fallas Liquiñe-Ofqui, que va desde el volcán Quetrupillán hasta el lago Pirehueico.
Pero ¿por qué ramal? Aquí, el investigador detalla que el sistema Liquiñe-Ofqui es el más extenso de las corticales del país, pues va desde el Golfo de Penas, en Aysén; hasta el volcán Copahue, en Alto Biobío.
El investigador relató que "en el lugar donde estuvimos trabajando, el río Liquiñe está desplazado (…), tiene un quiebre más o menos ortogonal. Así, delineamos por dónde pasaba la falla y, usando un escáner láser, se construyó la topografía del lugar, con la cual mapeamos el cañón del río, a ambos lados de la falla, para medirlo. De esa forma pudimos proyectar el canal hasta la falla y medimos la distancia entre esos dos puntos", detalló, precisando que "la finalidad de todo esto, fue establecer si habían ocurrido desplazamientos antes del período que habíamos estimado".
Tras estas mediciones, el equipo de científicos descubrió que "en ambos marcadores nos daban los mismos desplazamientos (…), lo que interpretamos como que todo el desplazamiento observado, eran prácticamente contemporáneos".
¿Cómo determinaron que el desplazamiento ocurre desde el holoceno (últimos 11.700 años) y no desde un período anterior? Esto, dijo Astudillo-Sotomayor, fue determinado por las dataciones que hizo el equipo, en base a la recolección de cenizas y carbones del sitio.
"El carbón lo enviamos a un laboratorio y con las cenizas analizamos la composición química del vidrio, que fue comparada con cenizas datadas en otras investigaciones relacionadas con erupciones del volcán Mocho-Choshuenco", precisó.
Al ver todo lo que se ha desplazado el río Liquiñe, dividido por la cantidad de años, los investigadores determinaron que esa parte de la falla Liquiñe-Ofqui se ha movido, en los últimos 9 mil años, a una velocidad promedio de 18,8 mms. al año.
"Para todo el sistema de fallas, no habían tasas de deslizamiento a esta escala de tiempo", dijo Astudillo-Sotomayor.
"Esperamos que la metodología usada en este trabajo, se pueda aplicar en otros lugares".
Daniel Melnick, Director de Cyclo
"La ausencia de terremotos históricos a lo largo de la falla Liquiñe, sugiere un componente de deslizamiento asísmico".
Luis Astudillo-Sotomayor, Estudiante de Doctorado en, Ciencias Geológicas