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Y agregó: "En mi Instagram me hicieron comentarios como 'son 15 días, cómo no va a poder reciclar la ropa u ocupar la que le queda chica'. Pero yo como mamá consciente de los procesos de mi hija, de cómo se desarrolla, de que se mueve libremente por la casa y juega, no le voy a poner algo con lo que se sienta incómoda o no pueda dormir. ¿A quién le gusta estar incómodo? Volvemos al adulto-centrismo". Relató que dentro de los miles de mensajes que recibió, el 90 por ciento estaba relacionado con el sentimiento de que se están vulnerando los derechos de los niños. "Llevan meses encerrados y nadie piensa en ellos, es triste ser niño en una pandemia", dijo.
¡Mamá, quiero salir!
La hija de la psicóloga educacional Camila Marticorena pronto cumplirá dos años. Marticorena es profesora universitaria y mientras estaba hablando con sus alumnos a través de Zoom la niña daba vueltas por la casa. "En un momento me dijo 'Mamá, quiero salir'", relató la académica. Y agregó: "Ella no es una niña compleja, pero me lo repetía e incluso me gritó '¡Mamá, quiero salir!'. Mis estudiantes me decían 'todos la entendemos, porque todos queremos salir'. Ella tiene dos años ¿Qué esperamos para un niño de cuatro o de seis? ¿Cómo les proveemos los espacios necesarios para que liberen sus tensiones y emociones de manera adecuada?".
Marticorena es máster en Educación y coordinadora del Área Educacional de la carrera de Psicología de la Universidad San Sebastián sede Valdivia. Contó que "a nivel de estudios no hay situaciones en las que hayamos enfrentado el confinamiento total de las personas después de la época en que la polio fue una epidemia. Pero ni nuestros papás ni nuestros abuelos vivieron en esa época, por ende es algo que estaba muy atrás y no existía una consciencia sobre cómo podría ser. Nadie esperaba algo como esto ahora, menos con tan larga duración", recalcó. Por lo mismo, dijo que no existen antecedentes para hacer comparaciones. "Tal vez en lo único que podríamos pensar es en países que se mantienen en constante guerra y donde probablemente los niños deben pasar confinados mucho tiempo. Sin embargo, no es en las mismas condiciones", dijo.
Explicó que dependiendo de las edades, actualmente se están viendo diferentes situaciones relacionadas con los niños en pandemia. "Tenemos implicancias en los niños pequeños y en la primera infancia en el ámbito psicomotor. Son niños que están aprendiendo a caminar y a correr dentro de un espacio cerrado. Probablemente el día de mañana, si no nos preocupamos de desarrollar esta área, vamos a tener dificultades en la coordinación y en las respuestas que tengan al medioambiente. Probablemente en cuanto a condiciones físicas no se encuentren en las mismas que otros en resistencia, por ejemplo", detalló.
En cuanto a los niños un poco más grandes y los adolescentes, la falta de actividad física y de movimiento les está produciendo un alto nivel de energía, ya que no han disminuido la cantidad de calorías que consumen. "Cuando un niño tiene tanta energía puede mostrar ira y rabia. Si no está preparado para el manejo y contención de los sentimientos negativos, puede tener explosiones o rabietas. Esto se ve desde los niños más pequeños hasta los adolescentes. Una forma de respuesta son los típicos portazos, las patadas o la agresividad verbal cuando no están de acuerdo con algo. Un niño aburrido puede romper una planta, hacer pequeñas travesuras o grandes embarradas, como involucrarse en situaciones peligrosas, por ejemplo, subirse a un mueble y accidentarse", dijo.
Horarios
La experta indicó que es urgente tener una franja horaria para que los niños salgan a caminar, pero a una hora adecuada para ellos. "Estuve revisando la franja del Elige Vivir Sano y el horario es muy poco amigable. Es desde las 6 a las 9 de la mañana los fines de semana . En la zona sur es un horario en el que hace muchísimo frío, hay neblina, está húmedo. Como no queremos que los niños se enfermen, al final no salimos. Además probablemente coincida con mi hora de trabajo o sus clases online. El gobierno podría atribuir un horario de 5 a 6 de la tarde para que salgan a caminar junto a su cuidador, tan solo eso ya sería beneficioso", recalcó. Mientras tanto hizo algunas recomendaciones. Por ejemplo, buscar actividades que permitan trabajar el ámbito psicomotor en casa, con conitos o pelotas. "Incluso se pueden poner vasos plásticos en el suelo para que pasen caminando en puntitas o saltando en dos pies. Un espacio corto, de 10 a 15 minutos, para que los niños liberen las tensiones", dijo. Y recordó que mientras se hace esto los padres deben ponerle toda la atención al niño y no mirar el celular o hablar por teléfono.
Finalmente Marticorena comentó: "Es probable que para muchos de los niños que viven en departamentos y que nacieron en el año 2019 el contacto con la naturaleza sea algo desconocido. Y pasa lo mismo con el contacto con otras personas. Hay niños que creen que ninguna otra persona existe más que su núcleo familiar y cuando ven a otros se angustian; como también hay niños que anhelan el contacto con el otro ser".
Los desafíos
La pandemia está generando grandes desafíos en materia de infancia. Claudia Contreras es coordinadora territorial sur de la Red de Universidades por la Infancia, representa a la Universidad Austral de Chile y es directora de la carrera de Educación Parvularia de la casa de estudios. "Los representantes de las 19 universidades que conforman la red hemos conversado sobre al menos cinco temas que nos preocupan y uno que cruza todo, es la invisibilización de los niños y niñas como ciudadanos de este país", dijo.
Por ejemplo, les llama la atención que a nivel de gobierno no se genere información dirigida especialmente para los niños relacionada con la pandemia. "Hace falta que un ministro de Salud se refiera a ellos, que alguien los considere como un interlocutor válido para la bajada de información", ejemplificó.
En cuanto al nivel socioafectivo, Contreras destacó que se encuentran preocupados por los equilibrios que se requieren a nivel familiar para el bienestar de los niños. "Estamos hablando de su salud mental. Al no poder compartir con sus pares necesitan que su madre, padre o quien sea su figura cuidadora, esté disponibles y tengan tiempo y se encuentren en buenas condiciones. El Estado tiene que proveer los recursos para que las familias puedan priorizar a los niños y niñas". Su tercera preocupación es que muchas políticas se están entendiendo como si todos los niños vivieran en iguales condiciones. "Hemos visto desaparecer la diversidad de niños y niñas. Hoy tenemos una alta tasa de inmigración en condiciones muy precarias y ellos también están viviendo la pandemia. También tenemos muchos niños en la ruralidad y no sabemos lo que está pasando con ellos. ¿Qué políticas en pandemia están orientadas para niños en campamentos?", declaró.
El cuarto punto preocupante es la obesidad infantil. "Más allá de que existan o no permisos, hay una franja horaria para hacer deporte que es inadecuada para los niños, está centrada en el adulto. Tenemos problemas con el acceso a alimentación sana, el exceso de pantallas y la imposibilidad de salir de casa", agregó.
Y por último, indicó que es necesario iniciar ahora la discusión con respecto al lugar que tendrán los niños y niñas una vez que acabe la pandemia en la escuela y en la política pública. "La educación postpandemia, la salud postpandemia van a tener que empezar a revisarse", dijo.
"Es probable que para muchos de los niños que viven en departamentos y que nacieron en el año 2019 el contacto con la naturaleza sea algo desconocido".
Camila Marticorena, Psicóloga USS
"Hemos visto desaparecer la diversidad de niños y niñas. Hoy tenemos inmigración, niños en la ruralidad y niños en campamentos. ¿Qué pasa con ellos?".
Claudia Contreras, Universidades por la Infancia