Renovación de la Estrategia Regional
La ERD es la carta de navegación para el desarrollo local. La anterior venció en 2019 y la nueva se proyectará a diez años. La actual planificación tiene seis ejes surgidos de acuerdos amplios sobre la visión regional. Ellos debieran mantenerse y profundizarse.
Durante mayo se realizarán los primeros talleres de participación ciudadana para elaborar la nueva Estrategia Regional de Desarrollo, ERD, que reemplazará a la vigente hasta 2019 y que debiera orientar las decisiones políticas locales en un horizonte de diez años.
Según lo informado, se buscará en esta etapa las opiniones de, al menos, cinco mil personas representantes de la sociedad civil, sectores privados y públicos; con la idea de replicar la génesis de la anterior ERD, surgida tras numerosos talleres, efectuados con el impulso de la naciente Región de Los Ríos.
Ese proceso fue masivo y de él surgieron los seis ejes fundamentales de la planificación actual: modernizar la administración pública; mejorar la inclusión y la calidad de vida; lograr desarrollo integrado y sustentable; proteger y promover el patrimonio identitario; proyectar la economía desde la asociatividad, la innovación y la capacitación del capital humano; además de generar cooperación internacional.
Sin duda, en la próxima Estrategia esos puntos debieran mantenerse. Ya hay consenso sobre su prioridad, y empezar de cero preguntándose de nuevo qué queremos sería un error. Pero, claramente, habrá que profundizarlos, revisar metas no cumplidas, escuchar voces distintas y adecuarse a los escenarios que vienen, que serán diferentes a los de aquella ocasión.
Ahora habrá una Gobernación Regional con su propia agenda y una Delegación con otra; se multiplicarán desafíos frente a adultos mayores y migrantes; el cuidado ambiental ya no sólo incluye paisaje, sino residuos, energías renovables; la identidad cultural se fortalece, pero requiere planes concretos; la economía estará marcada por las exigencias post pandemia en lo urgente y en el largo plazo; mientras que en la colaboración internacional, aun duermen (por tres décadas ya) los planes de corredores bioceánicos.
La nueva ERD se encuentra a cargo de un equipo del Instituto de Asuntos Públicos (INAP) de la Universidad de Chile, que se adjudicó la propuesta. Junto a él, se anunció una instancia de seguimiento del Core.
Sin duda que estos pasos son importantes y es de esperar que ellos cuenten con apoyos transversales. Y, también, compromisos posteriores con lo acordado.