Hace ocho años, en 2013, se formó la Corporación "Valdivia Ciudad Universitaria y del Conocimiento", que agrupa a las casas de estudios superiores presentes en la capital regional y al Centro de Estudios Científicos; con el objetivo de posicionar a toda la zona como un buen lugar para la formación y retención de talentos.

Desde esa mirada, la gestión de la entidad se ha vinculado con el Gobierno Regional, la Corporación de Desarrollo Productivo y -a través de ellos- con el Hub Los Ríos, instancia colaborativa que busca la alianza de academia, empresa y comunidad , junto con la generación de un "ecosistema" que propicie investigación, innovación y emprendimiento. En el contexto de la pandemia, por ejemplo, desde este espacio se ha buscado la cooperación para desarrollar insumos, ideas y canalización de aportes hacia los equipos de salud y el combate al coronavirus.

Además, Ciudad Universitaria es una de las impulsoras, desde su génesis, del Centro de Innovación Colaborativa Silvoagropecuaria, que funcionará en Máfil con el mismo objetivo: enlazar los laboratorios con la realidad económica y social regional.

Se trata de una buena iniciativa. Pero requiere de continuidad y respaldo. En primer lugar, desde las mismas instituciones universitarias, las cuales debieran operar con generosidad, espíritu unitario y fuerza para superar juntas las dificultades y críticas que un proyecto de esta naturaleza implica. También, con un horizonte de largo plazo. Valdivia cuenta en la actualidad con más de 20 mil estudiantes, cuya presencia impacta el quehacer local; proyectando al territorio a nivel nacional e internacional.

Por otra parte, para la efectividad de la Corporación resulta clave el involucramiento responsable y constante de la Municipalidad de Valdivia, la cual fue una de sus fundadoras, pero que en el último tiempo se ha visto alejada de ese quehacer. Sin dudas, al nuevo gobierno comunal le corresponderá retomar los lazos, considerando que el entorno social y urbano donde la vida universitaria se desarrolla, es de tanta importancia como las aulas. Un buen lugar para estudiar y quedarse para desarrollar una carrera, debe ser, necesariamente, un buen destino para vivir.

La nueva economía del conocimiento es altamente competitiva, asociada a un mundo muy globalizado y en permanente cambio, que exige una formación sólida y el tener una serie de competencias que favorezcan la empleabilidad, y el emprendimiento.

Emprendedor, es aquella persona que tiene una idea de negocio, la pone en marcha, asume los retos, aporta un capital, logra una rentabilidad, y a través de ello genera empleo, contribuyendo al desarrollo económico de su entorno.

No es un proceso sencillo y se requiere tener una serie de competencias prácticas, que distintos especialistas han vinculado con la utilización de la investigación, aprovechar las oportunidades, ser resiliente, capacidad de adaptación al cambio, habilidades comunicativas, liderazgo, aplicar pensamiento crítico, capacidad de trabajar en equipo, y de generar redes, entre otras.

Pero esta materia, es también un ámbito de preocupación por parte de la educación superior, convirtiéndose en una prioridad en la última década, dado que existe la necesidad de formar profesionales con capacidad para generar emprendimientos, que aporten en la dinamización de la economía y de esa forma aporten al desarrollo local.

Debemos agregar, que todo este trabajo de las instituciones de educación superior se ha vinculado con políticas públicas que apuntan a crear una cultura emprendedora.

En dicho contexto, los planteles educacionales se comprometen a través de la creación de programas, que tienen como principales elementos que el futuro emprendedor conozca su entorno, los problemas que los afectan, fortalezcan sus habilidades personales, y luego tengan la capacidad para buscar oportunidades.

Como ejemplo de esto, puedo hacer referencia a la labor que se realiza en Santo Tomás, con taller asignaturas relacionadas con la formación de emprendedores, innovación social, e investigación aplicada.

Todo esto sin duda contribuye a la formación de personas creativas, que asuman responsabilidades, capaces de auto aprender, ser proactivos, que trabajen colaborativamente en red, para potenciar el desarrollo de social y económico de sus comunidades, por medio de la creación de empleos, y el impacto positivo en las personas.

Laura Bertolotto Navarrete Rectora Santo Tomás Valdivia