Regulan plásticos de un solo uso
Nueva ley prohibe entrega de bombillas, platos, cubiertos, botellas, revolvedores, vasos y otros que no sean reciclables. Es de esperar que la comunidad apoye. La demanda de un producto contaminante está en la base de la cadena; la solución parte por tomar conciencia de ello.
Afines de mayo, el Congreso aprobó la ley que regula el uso los llamados "plásticos de un solo uso", con la idea de impedir que ellos (platos, revolvedores, cubiertos, botellas, etc.), una vez desechados, multipliquen sus efectos contaminantes en los diferentes entornos naturales.
Un estudio citado entre los argumentos en la discusión parlamentaria (Oceana-Plastic Oceans) indica que la cantidad de estos materiales que se utiliza en Chile cada año, equivale a 116 ballenas azules o 51 millones de pelotas de fútbol; lo cual proviene, sobre todo, desde locales de comida rápida. Un ejemplo de esto es el que dio hace pocos días la empresa (G&N Brands) que maneja seis de las franquicias de restaurantes de este tipo más conocidos en Chile: informó que, al dejar de entregar bombillas de plástico a sus clientes -de marzo de 2020 a mayo 2021- consiguió eliminar "158 mil metros cuadrados de ese material; el equivalente a 26 torres Eiffel", aseguraron.
La nueva ley tiene vínculo con la que anteriormente ordenó el retiro de bolsas plásticas; estuvo en trámite por dos años y el texto final incluye siete mociones de senadores que la enriquecieron, entre ellas, las de los representantes de Los Ríos Alfonso De Urresti y Ena von Baer. Además, en la Cámara, fue aprobada por 121 votos, incluyendo a los cinco diputados de la región.
El tema es de especial relevancia en esta zona, pues la mayor parte de los desechos plásticos no reutilizables termina en los ríos y en el mar, dañando tanto a los ecosistemas, como al paisaje; dos puntos clave para una región respetuosa de su entorno y con apuesta hacia el turismo entre su desarrollo económico. Por ello, la implementación local deberá ser seguida con atención, cuando comience a regir en plenitud, en diciembre próximo. Lo primero que debiera ocurrir es que los supermercados venderán bebidas en envases retornables y que los patios de comida no podrán entregar sus productos en elementos desechables.
Hay plazo de tres años para implementar todo, pero se espera que la conciencia opere antes; también que las personas comiencen a colaborar y que rechacen recibir este tipo de envases. La demanda de un producto está en la base de la cadena y la solución parte por tomar conciencia de ello.