(viene de la página anterior)
traspasos como corresponde. Soy una convencida de que tenemos que instalarnos y defender la idea de que lo público y los municipios no son ni botines personales ni de empleo. Son un bien público de todos y todas y los traspasos deben ser transparentes, eficientes y colaborativos. Pusimos eso sobre la mesa, conversamos sobre el día de las elecciones, fue algo bien respetuoso y teniendo en cuenta de que si llegamos bien al municipio le hace bien a todos, por quienes votaron por nosotros y por quienes no.
Algo bien diferente a lo que ocurre en Maipú, por ejemplo...
-Súper distinto y creo que se debe a que durante la campaña se logró poner en discusión por sobre todo las ideas. Puedo tener muchas críticas a la forma de gestión de Omar Sabat, pero eso no fue el foco central de la campaña y no será el de nuestra gestión. Lo que buscamos instaurar fue un programa, ideas que se tomaran el debate. Al final del día todos nos encontramos comprando en la feria, en la micro o en la cola del supermercado, es una comuna chica.
¿Cuáles son sus planes para la comuna?
-Valdivia es una comuna muy fértil para la innovación y el desarrollo. Nuestra tarea es que el municipio, integrando al mundo público, privado, comunitario y ciudadano, logremos que en 2030 seamos un territorio capaz de vivir del turismo basado en nuestro entorno natural, identidad y productos locales. Que a través de ese modelo de desarrollo logremos garantizar bienestar, empleo, servicios sin ciudadanos de primera y segunda categoría. Creemos que lo que triunfó en las urnas fue la idea de hacia dónde queremos que Valdivia avance. Se puede construir un modelo de desarrollo local que permita que Valdivia comience a vislumbrarse como un territorio que soluciona las grandes dificultades del comienzo de este siglo superando de manera armónica las dicotomías que nos dejan modelos económicos fracasados.
¿Qué es lo primero con lo que va a empezar?
-Creo que nuestra mirada está en el primer semestre. Nos toca asumir en un momento crítico, con una crisis económica, sanitaria y educacional de gran envergadura. Por ello nuestra preocupación inicial es lograr dejar las bases sólidas este 2021 a nivel organizacional, presupuestario, social y económico para desplegar la ejecución programática. Algunas de las prioridades serán tener una instalación eficiente en el municipio, marcada por una forma de hacer las cosas de manera participativa y transparente, privilegiando la vocación pública. Vamos a cambiar lo que hay que cambiar y mejorar lo que hay que mejorar, pero el llamado a nuestro equipo municipal de más de 4 mil trabajadores es que necesitamos que se instaure una forma participativa y transparente.
También vamos a activar y desarrollar de manera rápida las ejecuciones de acciones desde una mesa de emergencia pandémica. Después, activaremos un municipio más cerca de las personas, lo que implica descentralizar, levantar el departamento municipal en la costa donde vamos a llevar dos oficinas, la de asuntos indígenas y la creación de la nueva oficina de la pesca artesanal; vamos a instaurar una delegación en Pishuinco. Además, vamos a activar un municipio que atienda espacios que no atendía, está la creación de la oficina de participación ciudadana, de la mujer y buscar cómo garantizamos derechos sociales desde el municipio.
¿Qué opina del proyecto de construcción del Centro Terapéutico para Adultos Mayores?
-Siempre dijimos que los buenos proyectos los vamos a mantener, los que no nos parezcan y que creamos que atentan al desarrollo general de la comuna vamos a buscar solucionarlos. Creo que el centro terapéutico es un buen proyecto, necesitamos planes que atiendan las necesidades de las personas mayores de manera integral. Nuestra preocupación es que podría haberse instalado en un mejor lugar, porque no necesariamente tenemos que hacernos cargo de anteproyectos que son buenos para la ciudadanía que impliquen perder áreas verdes. Me encantaría que pudiésemos evaluar la posibilidad de que hubiese otra locación, pero entiendo que eso es dificultoso. No nos perdemos en que haya otras posibilidades a evaluar en conjunto con los vecinos. Uno de los grandes dramas de este proyecto es que no contó con una buena participación ciudadana.
¿Y con respecto a los estacionamientos subterráneos bajo la Plaza de la República?
- Es distinto, porque todavía no se ha ejecutado y tiene un nivel de intervención terrible para la comuna. Creo que atenta a la vocación y horizonte que triunfó en las elecciones. Las ciudades que viven del turismo tienen que tener sus centros peatonales, porque las potencian. Tener un estacionamiento subterráneo en el corazón de nuestra comuna es algo que no facilita que logremos llegar a nuestro objetivo. Ahí sin duda vamos a buscar todas las herramientas vía acuerdo o espacio jurídico que nos permita detener el proyecto en la plaza. No es que estemos en contra de los estacionamientos subterráneos, sino que en el corazón de la ciudad no es un buen proyecto.
-¿Qué tan importante será para su administración el plan regulador comunal?
-El plan regulador es la madre de todas las batallas, permite modelar el desarrollo urbano que queremos y generar un acuerdo social contundente a nivel participativo entre las comunidades, la ciudadanía, el mundo privado y la gestión pública. Es lamentable, y parte de la explicación de por qué Valdivia está tan mal planificado, que tengamos un plan obsoleto y uno que no logró nunca ser aprobado. Nuestra mirada es que hay que empezar uno nuevo lo antes posible, con alto nivel de participación ciudadana y experiencia técnica para tenerlo dentro de los próximos tres o cinco años, que es lo que en promedio se demora una buena gestión.