La generación que llega
En 1990 fui nombrado subdirector director regional del Instituto de la Juventud. Integré el gobierno regional del primer mandato de la Concertación. Nuestras primeras tareas fueron instalar el nuevo gobierno y reposicionar las pautas democráticas suprimidas a sangre y fuego durante 17 años.
Esas tareas estaban inspiradas por la necesidad de aprender y llevar adelante un programa de justicia social. Sin embargo, tengo decirlo, aprecié ya en ese entonces, actitudes arrogantes en parte del personal que llegaba a dirigir la maquinaria estatal.
En efecto, estos primigenios trazos de arribismo se transformaron luego en rasgos de personalidad definitivo de un ethos que se desacopló con rapidez de quienes le dieron el mandato de llevar adelante la instauración de la democracia y avanzar hacia una sociedad más justa e inclusiva. Efectivamente, lo que se impuso, fue una gobernanza centrada en las redes con la elite del poder e ignorar a las organizaciones de base que fueron el motor para lograr el retorno a la democracia.
En muchos casos estos objetivos republicanos fueron subyugados a los intereses subjetivos. En efecto, son emblemáticos los casos de quienes se transformaron en lobistas millonarios, gerentes de grandes empresas, directores de AFP, etc. Se habilitó una suerte de puerta giratoria espuria entre el estado y la empresa privada, en un evidente conflicto de intereses, qué duda cabe entonces, que esta mutación tan radical, beneficio y sigue beneficiando con creces al mundo de la elite de los negocios, porque desde ahí construyeron redes para cooptar la actividad política.
Daniel Gerter hectord.gerterjara.italia@daemvaldivia.cl
Jubileo docente
Raudo llegó el soplo del destino, para abrir el departamento 43, por donde sale el maestro. Cansino y silente vestido de blanca nieve, pronto abrirá la cámara de la vida y develará imágenes difusas de aulas y tertulias, que quedarán colgadas en una pared olvidada.
Ahora, caminará por las calles del presente, donde se le aparecerá el pasado entregándole su premio sembrado.
Boris Segovia Bruzzone Profesor segoviabruzzone@gmail.com
Clima y nueva Constitución
Chile es y, seguirá siendo, uno de los países más gravemente dañados por la crisis climática. Es que la megasequía que azota al país por más de una década, los incendios forestales que destruyen miles de hectáreas de bosques, afectando su flora y fauna; los aluviones, temporales y temperaturas extremas, han sido solo algunas de las consecuencias. El gran responsable es el ser humano y debemos hacernos cargo, aunque pertenezcamos a un lejano rincón del planeta y no aportemos más del 0,26% del CO2 mundial.
En este escenario, y con la instalación de la Convención Constitucional, nos deberemos obligar y exigir, que la nueva Constitución resguarde la convicción de que nuestro gran bien común; nuestro entorno, nuestro ecosistema, nuestra biodiversidad, nuestra naturaleza y medioambiente, son invaluables. Deberemos garantizar el cuidado y protección del lugar donde vivimos y el que queremos entregar a las futuras generaciones. Las dimensiones ecológicas y sociales deben ser un rango de máxima jerarquía en la nueva Carta Magna y un concepto que debe conducir a un equilibrio entre desarrollo económico y sostenibilidad. Asegurar el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación y preservar la naturaleza, son deberes del Estado, presentes en la actual Constitución.
Sin embargo, nuestra historia medio ambiental ha develado que no por ello, la tarea queda resuelta. Afortunadamente, poco a poco la conciencia verde y la instalación de una economía sostenible se está arraigando fuertemente en nuestra sociedad y muy positivamente en el mundo empresarial. Hay que asentar, las bases del respeto por la madre tierra y sus comunidades a través del Estado, y que se consolide transversalmente en todas las áreas y disciplinas.Así, el gran desafío país es aprovechar esta oportunidad histórica para converger e inspirarnos en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, que impulsa la Agenda 2030 de la ONU.
Margarita Ducci Directora Ejecutiva Pacto Global Chile, ONU
Convención y asesores
Normalmente las constituciones políticas han sido redactadas por un grupo reducido de personas nombradas para tal efecto. Ciento cincuenta y cinco convencionales constituyentes conforman un grupo más que suficiente para acordar el texto de una nueva Carta Fundamental, razón por la que -a mi juicio- no se aprecia la necesidad de contratarles asesores.Por lo demás, es a los referidos convencionales y no a otras personas a quienes se les mandató para redactar y aprobar una propuesta de texto de nueva Constitución que será sometido a plebiscito. Por esta misma razón, creo, que sería un despropósito la realización de plebiscitos sobre algunas materias en las que los convencionales no logren ponerse de acuerdo.
Pedro O. Guerra.G pedropolis2006@gmail.com