(viene de la página anterior)
siempre vas a tener los mismos productos disponibles. Ofrecimos el pack en Semana Santa en un bolso aislante térmico, con el que no se pierde la cadena frío. Elegimos ese momento, porque quien no vende pescado en esa fecha mejor se dedica a otra cosa y nos fue bastante bien, vendimos 31 packs", dijo. Después de un mes se plantearon comenzar con las suscripciones. "Optamos por la venta anticipada con diversos medios de pago, a través de una plataforma y por hacer publicidad. Esta fue nuestra primera jornada de suscripción con los 'early adopters', aquellas personas que se motivan con las innovaciones y tuvimos buenos resultados. Asegurar una venta anticipada era importante, porque se necesita capital de trabajo", dijo.
Actores involucrados
Actualmente, la iniciativa se abastece de pesquerías locales de pequeña escala, que son procesadas en plantas artesanales con resolución sanitaria y administradas por mujeres. Sus primeras colaboradoras son Dominga Huichalaf, Elsa Neira y Noemí Solar, quienes coordinan y proponen productos, además de informar sobre los recursos pesqueros disponibles para organizar la oferta.
"Estamos aprendiendo una nueva forma de vender", dijo Ilabel. Y agregó: "Con esto se quiebra la inercia que existe en el sector, donde se está acostumbrado a vender en playa a un precio manejado por el intermediario. Aquí la cadena es muy corta. Está el pescador o buzo que le vende a una planta de pequeña escala, que arma el pack y esto se entrega directamente a las familias. La consultora viene a ser un asesor técnico que tiene recursos para operar la logística, pero nuestro objetivo es que esto ande solo. Buscamos que el pescador, el alguero o el buzo que tiene acceso al recurso, más la planta que procesa, que hace un ahumado o un deshidratado de algas, continúe sin tener que sumar más comerciantes en el proceso. Este es un modelo que va del negocio al consumidor".
Proyecciones
La idea es sumar más productores, para aumentar la variedad de artículos en el pack. "Nuestra meta es trabajar con puras mujeres, por lo menos con diez beneficiarias. Hasta el momento llevamos cinco y estamos a la mitad del proyecto. Esto termina en diciembre como proyecto subsidiado, pero estamos generando un capital de trabajo para tener con qué seguir trabajando. El desafío es costear bien esto, tener una comunidad de consumidores y que siga, porque es una necesidad, a la gente le gusta y son productos de calidad", dijo. El objetivo también es poder fomentar el consumo de nuevos recursos. Se encuentran en conversaciones con el Sindicato de Huiro, que extrae lapas.
2016 surgió la idea en Valparaíso. Gracias a un fondo pequeño de Socialab se buscó que la comunidad porteña apoyara con la compra de productos en pack a la Caleta El Membrillo.
2020 comenzó el trabajo de implementar este modelo de negocio en Valdivia, gracias a el programa "Validación de la Innovación Social" de Fomento Los Ríos.
54 millones de pesos se adjudicaron para realizar evaluaciones, pruebas logísticas para levantar la oferta, comprar materias primas e insumos para el desarrollo del proyecto, entre otras cosas.