El próximo 14 de julio deberán asumir los nuevos Gobernadores Regionales. En Los Ríos habrá una ceremonia a las 10 de la mañana, la cual será transmitida a distancia, para compartir con la comunidad el momento en que Luis Cuvertino comience su período 2021-2025.
Ese día será histórico, más aún en esta Nueva Región, precursora del proceso descentralizador hace ya tres décadas. De hecho, por las maravillosas coincidencias que la historia regala a veces, justo esta semana se cumplen treinta años desde que una comisión de la antigua Provincia de Valdivia, liderada por Raúl Basso y Luis Ibarboure, entre otras personas destacadas de la comunidad, llegó hasta el Senado a exponer el revolucionario cambio de reformar los artículos 45 y 99 de la Constitución, en los cuales se especificaba la división administrativa de Chile.
Los parlamentarios los escucharon con respeto, pero al preguntarles cómo esperaban que fueran las autoridades de esos nuevos territorios hubo sorpresa: "Proponemos elección democrática de intendente, sin que se cambie el estado unitario", dijeron los valdivianos (Diario Austral, 3 de julio 1991). Silencio en la sala. Por supuesto no eran los primeros en pensar algo así; pero sí instalaron una idea, que otros siguieron profundizando y que ahora se ha vuelto realidad, después de un camino largo. Recién en 1992 se constituyeron los primeros Consejos Regionales, con representantes de la comunidad designados; y en 2013 los cores comenzaron a ser electos por voto popular. En 2005 el Presidente Lagos hizo la modificación que permitió el nacimiento de Los Ríos (2 de octubre de 2007) y en febrero de 2018 fue promulgada la Ley 21.073, que autorizó la elección de Gobernador Regional en las urnas. El 13 de junio de 2021, se definió a los primeros que tendrán esa responsabilidad y el miércoles la asumirán, solemnemente.
El resumen es mínimo en comparación a la magnitud del trayecto, sembrado de sueños y luchas ciudadanas profundas que permitieron llegar hasta aquí. A cada una de ellas se les debe recuerdo, respeto y señales claras de valoración. Por lo mismo, es de esperar que las ceremonias de instalación tengan el realce que merecen y que se ayude a la comunidad a apreciarlas la gran dimensión del proceso que se inicia.