Sobre Convención
A propósito de la instalación de la Convención Constituyente la que marcó un hito histórico al nombrar a la doctora Elisa Loncón como su presidenta, con todo el simbolismo que ello implica, quiero detenerme en dos puntos que me han llamado la atención y demarca en cierta manera los prejuicios y discriminación que susbsiste en nuestra sociedad.
Lo primero es la profusa reseña curricular que hizo la prensa de la profesora Loncón, destacándola como una hablante bilingüe, por hablar español e inglés; aunque en realidad es trilingüe, porque habla mapuzungún, español, e inglés. ¿O es que por ser mapuches no se considera el mapuzungún un idioma?
El segundo aspecto que ha llamado mi atención, son las calificaciones y críticas en redes sociales, e incluso en conversaciones directas, a la forma que tiene la doctora Loncón de hablar el español, como si eso fuera un defecto, algo que le quitara valor.
Pues deben saber todos, que efectivamente muchos hermanos mapuches tienen una forma de hablar, un idiolecto, que se expresa en la entonación y dicción particular. ¿Y saben por qué ocurre?, pues porque su idioma nativo no es el español, ellos son hablantes naturales primero del mapuzungún y el hecho de aprender luego el español, deja esa huella en su idiolecto, porque son bilingües.
Es lo mismo que ocurre cuando un extranjero aprende el español y queda con una cierta forma en su expresión...¡Ah, pero ahí no molesta!
Prof. Juan Carlos Carrasco N. Director Daem Máfil
Resultados Casen
El Ministerio de Desarrollo Social y Familia dio a conocer los primeros resultados de la aplicación de la Casen, la principal encuesta de caracterización socioeconómica de los hogares de Chile. La última medición era del 2017; la de 2019 no se pudo hacer .
Hasta ahora se han entregado solo los datos de pobreza y de desigualdad de ingresos, pero ellos bastan para hacerse una idea del daño social que la pandemia ha causado y del efecto que han tenido las políticas implementadas para hacerle frente.
La pobreza aumentó de manera significativa. Si en la medición de 2017, la última disponible, la pobreza por ingresos había sido de 8,6%, en el 2020 ascendió a 10,8; es decir, un aumento de casi un 25%. No todas las zonas se vieron afectadas por igual. En las ciudades la pobreza aumentó más que en el campo, y en algunas regiones más que en otras. En Los Ríos aumentó en 0,8%, siendo una de las regiones del país con menor crecimiento de la pobreza de ingresos.
Aún más preocupantes son las cifras sobre desigualdad, aquellas que miden la distribución de los ingresos de los hogares. El informe da cuenta de un fuerte aumento de la desigualdad económica según los diferentes indicadores estadísticos que suelen usarse con este fin. Si se observa el clásico Indice de Gini, la desigualdad de ingresos del trabajo que las familias han recibido en este período, aumentó de 0,501 en 2017 a 0,527 en 2020. Y si se mide la relación entre los ingresos del trabajo que recibe el 10 más pobre y los que recibe el 10 más rico, esa cifra pasó de 39,1 veces a la increíble cifra de 416,6 veces. Si se consideran no solo los ingresos del trabajo, sino todos los ingresos de los hogares, más los bonos, subsidios y transferencias que el Estado ha hecho a las familias durante la pandemia, la imagen de la desigualad cambia. Aún con esas ayudas públicas la desigualdad aumentó significativamente, pero en mucho menor medida. En este caso la relación entre los ingresos del 10% más pobre y el más rico aumentó de 17,0 a 27,4 veces.
Tres lecturas preliminares pueden sacarse de estos primeros datos. Lo primero es que la pandemia ha tenido un profundo efecto negativo sobre el bienestar económico de las familias. Lo segundo es que ese efecto ha profundizado las ya agudas desigualdades, no solo económicas, sino también territoriales. Lo tercero, es que sin la acción del Estado el sufrimiento social y la pérdida de cohesión social sería aún más grave. Y a lo anterior le sigue una reflexión política: nuestra actual situación social es aún más precaria que aquella que, en parte, condujo al estallido social, y hoy sabemos que las crisis no pueden ser enfrentadas sin una acción decidida y oportuna del Estado, mayor en cualquier caso que la desplegada hasta ahora. Es esperable, entonces, que los datos que nos entrega Casen 2020 le den aún más énfasis y sustento a que la demanda por igualdad y por derechos al bienestar y la seguridad debe estar en el corazón de las deliberaciones de nuestra Convención Constituyente.
Pedro Güell Centro Estudios Regionales, Uach
¡Fuerza convencionales!
La primera semana de actividad de la Convención Constitucional nos ha dejado a varios algo desconsolados y con poca fe en el futuro del país.
Pero la verdad, no nos han decepcionado. El desorden era bastante fácil de prever. Lo que no era tan previsible y me abre una pequeña esperanza sobre el futuro es el rol que han cumplido los convencionales de Vamos por Chile.
Mis mayores deseos de ánimo en los meses que vienen, somos muchos los que agradecemos su valentía.
Juan Pablo Caneo caneojuanpablo@gmail.com