Esperar diez años por una vivienda
Estudio de la Cámara Chilena de la Construcción revela la extensa demora que tienen las soluciones habitacionales. En Valdivia las familias de ingresos medios deben esperar diez años y las más vulnerables, tres. Ambos son tiempos demasiado extensos.
Un tema que cruzó todas las campañas electorales recientes fue el de la vivienda. La falta de suelos, las demoras en resultados para comités organizados, las postergaciones de estudios, los subsidios entregados; formaron parte de los discursos de postulantes de diversos signos políticos; aunque la solución a esta problemática no tenga del todo que ver con las atribuciones reales de los puestos a los que aspiraban.
Sin duda que la disposición a hacerse cargo y colaborar con esta situación es lo que más se agradece desde la comunidad; porque indicaría conciencia frente a una necesidad, que en Los Ríos afecta a 12.195 hogares, de los cuales 3.573 son de allegados y otros 8.622 a espacios con severas deficiencias de habitabilidad.
Esos datos corresponden a un análisis efectuado en 2017 por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), institución que la semana pasada alertó al país con un nuevo estudio respecto de los tiempos que deben esperar las familias para que les llegue una solución. En Valdivia (1.804 familias allegadas) el tiempo estimado es de tres años para que tengan casa propia los grupos vulnerables (ingresos menores a $450 mil) y diez años para los grupos medios (ingresos hasta $1. 800.000), segmentos en los cuales se otorga subsidios habitacionales estatales a un promedio de 346 y 87 anuales, respectivamente.
Las cifras son mejores que las de Santiago, donde se calcula 31 años de espera; pero no por eso menos preocupantes, pues implican una constante difícil de superar, a menos que se apresuren planes y se trabaje con unidad a niveles regionales y locales.
Hay señales como la activación de un Banco de Suelos, la estructuración de oficinas municipales especiales y la conformación de Egis (Entidades de Gestión Inmobiliaria Social) comunales, pero aún faltan coordinaciones y también, salidas intermedias. La CChC, por ejemplo, sugiere reforzar la entrega de subsidios de arriendo, que permitan a las personas salir de la realidad de allegamiento y comenzar un camino a ser propietario con más tranquilidad.
Por otra parte, se requiere sentido de urgencia. Tres años es demasiado tiempo y una década, aún peor. Frente a ello, sería positivo ver que las promesas electorales en este ámbito se traduzcan en acciones.