La solidaridad en trocitos de lana
Cuando la comunidad requiere ayuda, grupos de mujeres se activan, utilizando saberes antiguos y redes de cooperación. La costumbre viene de los antiguos "granny square", con los cuales se puede fabricar piezas únicas y coloridas; artesanía hecha a mano con gran sentido social.
Una linda actividad social se llevó a cabo por segundo año consecutivo en Valdivia, a través de la Oficina de la Familia de la municipalidad. Se trata de "Tejiendo Calor", que convocó a voluntarias para crear frazadas de lana. En 2020 las donaron a adultos mayores y en 2021, a familias migrantes. La iniciativa, de acuerdo a lo informado desde el municipio, contó con respaldo de Cervecería Kunstmann; además de las agrupaciones Las ñañas, Laneras, Floreciendo como Mujer y vecinas que entregaron su tiempo y trabajo.
Si bien la idea es relativamente nueva a nivel comunal -más una convocatoria oficial para llevarla adelante- también es heredera de una antigua tradición femenina de colaboración en momentos difíciles. De hecho se puede encontrar ejemplos de ella en cada emergencia. Ahí estuvo en los antiguos Centros de Madres de los años '60; para el terremoto de 2010 ("Teje por Chile"); es permanente en agrupaciones religiosas (Tejedoras con Fe y Abrigando la Esperanza) y en la Red de Tejedoras Solidarias, en constante actividad, con cobertura nacional y presente con fuerza en la orientación de esta cruzada valdiviana.
Desde la mirada histórica, la costumbre habría llegado a Estados Unidos en el siglo XVII, con colonos europeos. Se le ha denominado "granny square" (cuadrados de la abuela) y nació para aprovechar restos de lana en desuso en tiempos de escasez. Con el paso de los años comenzó a arraigarse y ya desde los años setenta del siglo XX, constituyen parte de una "moda rústica".
Una explicación simple de su factura es que se trata de cuadraditos tejidos a crochet o palillos, en tamaños que varían de acuerdo al objetivo que tengan. En las campañas, muchas personas fabrican los cuadros y luego los unen. En el caso local fueron unidades de 20 por 20 centímetros, integrados y cosidos en grupos de 24, para crear 57 mantas de una plaza.
Quizás para algunos se trata de una iniciativa simple; pero no. Al contrario. Es solidaridad dando vida a piezas coloridas, únicas, de gran valor tanto en su significado como en lo material, como artesanía hecha a mano. Y más aún: es una acción respetando saberes antiguos y con sentido colectivo de cooperación. Entonces, bien por "Tejiendo Calor".