Ir más allá de un impacto informativo
Las graves noticias sobre cambio climático impactan. Pero es importante que también ayuden a movilizar cambios y voluntades. La región forma parte desde 2019 de un plan piloto nacional de medioambiente que también integran Atacama, O'Higgins y Los Lagos.
Angustia, preocupación, rabia, incertidumbre, ha causado a nivel internacional el informe lapidario sobre la situación del planeta, entregado el pasado 9 de agosto por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y elaborado por más de 200 científicos de todo el mundo. También ha provocado múltiples reacciones y declaraciones políticas comprometiéndose a tomar medidas urgentes para enfrentar una realidad que ya es irreversible, como el derretimiento de hielos, olas de calor, tormentas e inundaciones.
Chile es uno de los países más expuestos del mundo a las consecuencias de esta realidad. De hecho el déficit hídrico se halla en niveles críticos, incluyendo a regiones como Los Ríos, que acumula un 45% de bajas en lluvias, lo cual implica desafíos para la agricultura, el ordenamiento urbano y, especialmente, la educación ciudadana.
La región forma parte desde 2019 de un plan piloto nacional que también integran las zonas de Atacama, O'Higgins y Los Lagos, a través del cual se generan insumos para la Ley Marco de Cambio Climático. Esa norma se encuentra en discusión en el Congreso, ya fue aprobada por la Comisión de Medio Ambiente del Senado y, esta semana, un grupo de parlamentarios ha pedido que el gobierno le ponga urgencia; como también para la ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas y la que establece la Protección de Glaciares.
En forma paralela a esos esfuerzos legislativos, desde la comunidad también hay voces e iniciativas que buscan generar conciencia y movilizar voluntades en acciones cotidianas y concretas para que las personas se vinculen con el ambiente de manera distinta y, por ejemplo, comiencen a disminuir desechos, a usar la energía eficientemente, hacerse conscientes de la huella de carbono que genera cada decisión y cuidar la vegetación, árboles en particular, irreemplazables en la captación de gases de efecto invernadero.
Lo ideal sería que las informaciones en esta materia -como el documento del IPCC- no se olviden con facilidad tras el impacto inicial que provocan. Menos que normalicen o se produzca saturación noticiosa. Lo necesario es que desde ellas se cambien actitudes realmente. Cada paso individual y colectivo cuenta; eso nos toca aprender.