Expertos Uach estudian potencial medicinal de organismos que viven en climas extremos de Chile
INVESTIGACIÓN DE LARGO PLAZO. Proyectos desarrollados en la Antártica y en el desierto de Atacama persiguen analizar bacterias y líquenes que podrían convertirse en componentes para fármacos que ayuden a combatir el Alzheimer o el Parkinson.
Chile tiene una gran diversidad de climas y algunos son muy extremos. El desierto de Atacama es una de las zonas más áridas del planeta y la Antártica es una de las más frías. En ambos lugares se puede encontrar organismos que aún no han sido muy estudiados, pero que tienen potencial para convertirse en componentes, por ejemplo, de medicamentos que ayuden a combatir enfermedades degenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
Científicos del Instituto de Farmacia de la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral de Chile junto a académicos de otras casas de estudio nacionales, se encuentran ejecutando proyectos que persiguen investigar algunos de estos organismos extremófilos, es decir, que viven en condiciones climáticas extremas. Están analizando la taxonomía -clasificación-, química y propiedades biológicas de bacterias en el desierto y de líquenes en la Antártica, para lo que han desarrollado interesantes expediciones.
El director del Instituto de Farmacia de la Uach, Mario Simirgiotis, explicó que "en esas zonas hay varios organismos que no están estudiados. Hay muchos países que se encuentran realizando investigación por ejemplo en la Antártica, como Estados Unidos y Chile. En particular los líquenes y las bacterias antárticas no están muy estudiadas porque se trata de un continente aislado. Hay mucho por explorar todavía y nosotros tenemos varias publicaciones con líquenes antárticos".
En la Antártica
En febrero de este año el académico Mario Simirgiotis junto al liquenólogo Alfredo Torres participaron en la Expedición Científica Antártica de Chile número 57, organizada por el Instituto Antártico Chileno (INACH), la que fue realizadas con estrictos protocolos por causa del covid-19. Llegaron hasta las Islas Shetland del Sur, con el objetivo de recolectar líquenes, especies de carácter simbiótico, entre hongos y algas.
Recorrieron la Península Fildes y la Isla Ardley en busca de estos organismos que afloran en la temporada de verano, junto a comunidades de musgos. Los líquenes fueron clasificados y encontraron 20 especies endémicas, es decir, restringidas a esta área geográfica. Luego los extrajeron para aislar sus compuestos.
Mario Simirgiotis, director del proyecto, destacó que de los líquenes que están siendo estudiados en la Antártica se puede extraer compuestos, los que tienen propiedades antioxidantes. "Pueden utilizarse para hacer un suplemento o, si se descubre una nueva molécula o una muy activa, pueden inhibir enzimas que están implicadas en enfermedades neurodegenerativas o crónicas no transmisibles como el Alzheimer o el Parkinson. El extracto de liquen o el compuesto puro aislado podría usarse como un fármaco si se hacen los estudios respectivos y se pasan las etapas", detalló.
Contó que actualmente existe un fármaco llamado galantamina, que es usado para tratar los síntomas del Alzheimer. "Se utiliza para inhibir la enzima que está implicada en el Alzheimer. Nosotros comparamos los compuestos que sacamos de los líquenes con cálculos teóricos y modelos enzimáticos que hacemos in vitro. A veces resulta que son más potentes o que son menos potentes o que el extracto también es potente. Eso podría resultar en un fármaco nuevo. Esto también lo hacemos con las bacterias que estamos estudiando en el desierto de Atacama", dijo.
En el futuro, además de los líquenes, al equipo de investigación le gustaría estudiar bacterias de la Antártica. Sin embargo, se necesitarán nuevos permisos para desarrollar esas extracciones.
Durante la época de verano del próximo año planean volver a la Antártica como parte de la expedición 58.