Tradiciones que pueden acercar
Las fechas que vienen son más que un feriado. Ellas pueden recordar elementos culturales que identifican y se comparten. También es un momento para valorar el patrimonio construido a lo largo de la historia y con herencia de varias culturas en el mismo territorio.
Se inicia una semana especial en el calendario chileno. Las Fiestas Patrias cambian el ánimo de las personas, entusiasman con sus feriados e invitan a celebrar con eventos o encuentros familiares, los cuales este año podrá llevarse a cabo con un poco menos de restricciones.
Claramente no existe todavía total libertad de movimiento o reunión -y la prudencia invita a tomar precauciones de autocuidado extras en espacios de alta circulación o afluencia de personas- pero se abren más opciones que las vividas en la misma fecha de 2020, en medio de cuarentenas.
Este período es, además, una oportunidad para mirar hacia las tradiciones. No con fanatismo o nacionalismos mal entendidos, sino con valoración real del patrimonio material e inmaterial construido a lo largo de la historia y con herencia de varias culturas sumadas en el territorio.
Entre muchos ejemplos, ellas se expresan ahora en las manifestaciones artísticas (la cueca, es hispana, árabe y de afrodescendientes); gastronómicas (la atávica costumbre de la carne asada; las empanadas españolas, el pastel de choclo y los porotos quechuas; las sopaipillas mapuches, el curanto lafkenche, los embutidos alemanes; las hojarascas con chancaca, únicas en el sur; por nombrar algunos), vínculos entre las personas, creencias, habla compartida y tantos otros elementos que conforman identidad y permiten reconocerse unos a otros.
En Los Ríos existen actividades públicas para apreciar esas costumbres. Las necesarias ceremonias, actos oficiales o instancias como semanas costumbristas y los festivales folclóricos, cuya realización contribuye al repertorio de expresiones musicales.
Pequeñas y grandes acciones son las que tejen lazos de largo plazo, traspaso de valores y cimento de convivencia. Y ese último es un punto es especialmente importante en días de tantas polémicas como los que se viven actualmente.
Sabemos todos y todas que las efemérides no tienen en sí mismas el poder de curar heridas, ni saldar deudas antiguas. Eso es más profundo. Pero sí pueden servir para recordar los elementos culturales que unen y que nos ayudan a construir paz, tanto a a nivel regional como nacional.