Ley corta de pensiones
El Presidente Sebastián Piñera presentó la semana pasada la Ley Corta de Pensiones, que busca mejorarlas a casi dos millones de personas. El proyecto, que pone foco especial en mujeres, clase media y trabajadores con lagunas previsionales, busca aumentar la Pensión Básica Solidaria a 177 mil pesos mensuales; otorgando un piso sobre la línea de la pobreza y, también extender la cobertura del Aporte Previsional Solidario desde el 60% actual al 80% de los pensionados de Chile, beneficiando a 500 mil pensionados cuya jubilación es completamente autofinanciada.
No podemos seguir esperando para aumentar las pensiones de las personas más vulnerables del país.
Después del 18 de octubre, como Gobierno, nos comprometimos a aumentar en un 50% el Pilar Solidario y, con este proyecto estamos yendo más allá, ya que se busca que ningún jubilado esté por debajo de la línea de la pobreza. Así queremos hacer las cosas, siendo propositivos y no destruyendo el sistema.
En la ley, se propone que la cotización previsional y el seguro de invalidez y sobrevivencia de las personas desempleadas sean cubiertos por el seguro de cesantía. Lo anterior es otra propuesta interesante del proyecto, que tiene un costo fiscal cercano a los US$1.500 millones, y que se financiará mediante la eliminación o reducción de una serie de exenciones tributarias que no se justifican y cuya eliminación contribuirá a un sistema tributario más simple y más equitativo.
Se ha fortalecido el pilar solidario, incrementando en un 50% la Pensión Básica Solidaria y el Aporte Previsional Solidario, beneficiando a 1.7 millones de pensionados más vulnerables y hoy quiero además hacer un llamado a que los parlamentarios de todos los sectores avancen y aprueben este proyecto que responde a un anhelo de la ciudadanía.
Pedro Lamas Seremi de Gobierno
El PC y las reglas
En su sesión del 9 de septiembre del año en curso, la Convención Constitucional debió suspender la sesión de su Pleno. El motivo: la oposición del Partido Comunista y otros a que el Reglamento de la Convención fuese aprobado por los dos tercios de sus miembros. Sostuvieron, entre otros argumentos, que esta exigencia impediría realizar las transformaciones de fondo que Chile necesita. Lo que la Mesa Directiva había propuesto era dos tercios para el Reglamento de Votación y mayoría absoluta para las demás normas reglamentarias que han venido discutiendo durante estos ya más de dos meses.
Todo mal. Me explico: Primero. Lo que la Convención debe aprobar es solo un Reglamento de Votación, nada más. Cualquier regulación reglamentaria adicional excede el mandato constitucional que hace posible el proceso constituyente, viciándolo.
A mi juicio, se ha perdido un tiempo precioso.
Perfectamente podrían haber adoptado el Reglamento de la Cámara de Diputados, como más de alguien sugirió. La distinción propuesta por la Mesa Directiva no corresponde. Como he reiterado:la Convención ejerce la función constituyente derivada, no la originaria. Con todo, conviene tener presente que la ampliación de sus Vicepresidencias también excede el mandato constitucional que hizo posible el proceso.
Segundo. Lo que el PC propone, esto es, que el Reglamento (y la nueva Constitución, por cierto) sea aprobado por la mayoría absoluta de los miembros de la Convención, viola también de manera flagrante lo dispuesto en las reglas vigentes. Éstas son muy claras y exigentes y no admiten interpretación. El texto de la nueva Carta Fundamental debe ser aprobado por los dos tercios de los miembros de la Convención. Desconocerlo implica ponerse al margen de la institucionalidad, lo que implica la pérdida del cargo para quienes lo planteen.
Jorge Vives Dibarrart Abogado jevivesd@gmail.com
Derecha y Convención
Lamento que sólo 15 de los 37 constituyentes de centroderecha hayan suscrito la carta que empatiza y reconoce la deuda histórica que tiene Chile con los pueblos originarios. Si hacemos un mínimo esfuerzo por conocer la historia de nuestro país daremos cuenta de las brutalidades que se han cometido en el pasado y la evidente responsabilidad del Estado chileno en ello. Lamento también que una parte de la derecha más dura vea esto como acomplejamiento o entreguismo, lo cual refleja una visión muy miope y retrógrada del ideario del sector y, además, entrega torpemente este asunto a la izquierda. Con esta actitud solo logran atrincherar al sector en un rol que devendrá meramente testimonial y que, por ende, no influirá en nada (o mínimamente) en la redacción del texto final de la Convención. Espero que el espíritu de quienes firmaron la carta a los pueblos originarios vaya ganando fuerza dentro de los constituyentes de centro derecha (y en la derecha en general). El otro camino solo distanciará al sector de las posiciones más moderadas dentro de la Convención y, eventualmente, a una absoluta irrelevancia en el proceso constituyente al cual supuestamente buscan contribuir.
Tomás Mandiola Lagos Abogado Miembro Comisión Política Evópoli