Un Registro de Agentes Culturales, Artísticos y Patrimoniales lleva adelante desde julio el Ministerio de las Culturas. La invitación es a que los trabajadores de esta área se inscriban en formularios online y compartan datos sobre sus actividades, para -señalan los convocantes- "saber quiénes, cuántos y cómo son los y las agentes del campo artístico, cultural y patrimonial de Chile".

Actualmente no hay un catastro de esta naturaleza, solamente se ha recopilado datos parcializados, o frente a eventos específicos. Recordemos, por ejemplo, la encuesta efectuada en 2020 para conocer los efectos de la pandemia sobre las actividades creativas, la cual fue respondida por casi 30 mil personas en el país; pero solamente 367 de Los Ríos. Pese a la diferencia numérica, todos los entrevistados -nacionales y locales- dejaron en evidencia la precariedad laboral en que se desempeñan regularmente y el gran impacto económico que el covid-19 les causó.

También se han efectuado caracterizaciones vinculadas a la industria. Desde 2016 se observan las postulaciones a fondos concursables y en 2018 el INE (Instituto Nacional de Estadísticas) publicó las Estadísticas Culturales, las cuales revelaron que había -previo a la crisis sanitaria- 17 mil empresas vinculadas al arte y la cultura; que en promedio tenían 9 trabajadores dependientes cada una y que los sueldo bordeaban los $854 mil pesos mensuales; cifra más alta que la del sector "no creativo":$743 mil. Para esta región se señalaba un salario promedio de $821 mil pesos (ine.cl).

Claramente, esa realidad ha cambiado tras la crisis. Por ello, el Registro 2021 sumará todo lo anterior y hará una radiografía actualizada del sector.

A nivel regional ya han sido llenados 500 formularios en www.cultura.gob.cl/registroagentes/, pero la idea es que se sumen más.La invitación incluye a todas las personas naturales y a las organizaciones (formalizadas o no), que se identifiquen a sí mismas como agentes culturales, artísticos y/o patrimoniales.

Entre más actores puedan contribuir al estudio, mejor será para la región. Solamente una información confiable y oficial podrá orientar correctamente las políticas públicas de los gobiernos que vengan, enfocando recursos de manera más certera, disminuyendo brechas y respondiendo a realidades diversas.

Cuando hablamos de necesidades básicas para nuestra sociedad, rápidamente podemos pensar en alimentación, salud, educación, trabajo, ambiente limpio y un lugar digno donde vivir. Este último anhelo -la "ansiada casa propia"- se ha transformado en el sueño de cualquier familia, para tener un lugar propio donde criar a sus hijos e hijas, además de dar sustentos sociales a niños, mujeres y adultos mayores.

Sin embargo, también hay personas que esperan acceder a una vivienda durante décadas. Trabajan incansablemente en comités de vivienda, pero no logran materializar los proyectos.

Hay personas que desisten, disuelven sus comités por los cuales tanto lucharon, otros hacen cuanto beneficio se les ocurre para juntar recursos y comprar terrenos o reunir los montos de ahorro. Hay también hombres y mujeres que, incluso, fallecen esperando la concreción de este proyecto.

Cada año le exigen al municipio la construcción de sus casas. Pero el entramado es mayor, muchas EP (entidad patrocinante) aportan con un trabajo serio y responsable, otras tantas esperan la oportunidad de ganar el proyecto junto a su constructora; muchas veces es necesario que el Ministerio de Bienes Nacionales disponga de los terrenos con celeridad y en orden de prelación, que no siempre ocurre; que el Servicio Nacional de Urbanismo acelere procesos y entregue información concreta y así sucesivamente.

Hace unos días el Consejo Regional, Core, creó la comisión de vivienda que busca entregar un orden principalmente a la compra de terrenos y, si bien no está exenta de tironeos políticos, es un paso. No soluciona el problema, pero entrega alguna luz de avance.

Nada profundizaremos acá de los proyectos, muchas veces sin áreas verdes o con plazas llenas de cemento o piedras; eso es para otro capítulo.

En vivienda se requiere trabajo conjunto, sin cálculos políticos, sin crear falsas expectativas, sin reuniones a media penumbra prometiendo lo imposible porque nuestra sociedad requiere en este aspecto tan sensible, tan íntimo, un mínimo de respeto y de información clara y trabajo conjunto.

La deuda del país en vivienda es gigante y muchas asignaciones de recurso muchas veces en otras carteras podrían estar perfectamente en proyectos que llevan más de 20 años esperando.

Pedro Burgos

Alcalde de Panguipulli