La situación de los inmigrantes
Crudos hechos ocurridos en Iquique hacen reflexionar sobre problemas que crecen en el norte y en todo el país. Los Ríos tiene el porcentaje de migración reciente más baja del país, pero aquí también se verifican condiciones de vulnerabilidad para quienes llegan.
Dolorosas son las imágenes llegadas ayer desde Iquique, con personas protestando y destruyendo pertenencias de inmigrantes, mientras se verificaba el desalojo legal de un campamento instalado en el centro de la ciudad. Triste también saber que esos extranjeros residen en condiciones insalubres ahí hace un año, que no obedecieron las órdenes de retiro y que la seguridad de un barrio tradicional se ha vuelto crítica.
Ningún tipo de violencia o discriminación es justificable. Nunca. Con ningún argumento. Pero hay un contexto desde el cual mirar: la crisis que se vive en frontera desde la comuna cordillerana de Colchane, donde se calcula que unas 300 personas ingresan de manera ilegal diariamente a Chile. Esto, a pesar de la existencia de una nueva Ley de Extranjería vigente desde abril de 2021.
Las autoridades de esa zona -gobernador, alcaldes- coinciden en la necesidad de reforzar medidas regulatorias, pues a su juicio sacar a grupos de un lugar para que se vayan a instalar a otros más alejados, no es una solución. Desde La Moneda les pidieron propuestas. Y se abrió una polémica que en nada contribuirá frente a un problema social y humano grave que crece en todo el país.
De acuerdo a cifras de 2020 en Chile hay 1.462.103 ciudadanos de otras nacionalidades llegados recientemente, cifra que supera en 161 mil casos la registrada en 2018. En Los Ríos se calcula que son 8 mil 123, el equivalente al 2% de la población.
Si bien la cifra local es una de las más bajas del país, muchos de quienes llegan desde fuera (en especial a Valdivia) no encuentran suficientes espacios laborales y engrosan las cifras de pobreza y vulnerabilidad, residiendo en asentamientos precarios, cumpliendo con trabajos informales. Y la pandemia lo ha agudizado. Para apreciarlo, basta ver el aumento de comercio ambulante e incluso familias que mendigan en las cercanías de la Plaza de la República, con niños y niñas pequeños.
En una región formada con la fuerza de muchas culturas venidas desde lejos, se hace necesario reflexionar al respecto y no solamente criticar los extremos observados ayer en el norte; sino reconocer cuáles son las violencias cotidianas que aquí también se cometen: exclusión, discriminación, faltas de solidaridad.