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"Tenía 26 años cuando comencé en este movimiento y fueron 32 de lucha. A inicios de los 80 se empezó a conformar un grupo de mujeres que tenía las ganas de apoyar el proceso de convertir a la provincia de Valdivia en región..."
bres, estaba la naviera Haverbeck y Skalweit que tenía un movimiento muy grande de barcos. Al ser un tema transversal, era debatido y dialogado por la sociedad valdiviana de la época, un tema de conversación cuando terminaban las misas, en los casamientos, en el mercado y ferias, en las empresas y, sobre todo, en el profesorado, comerciantes y empleados públicos. La rabia se transformó en decepción al sentirnos invisibles; la conectividad se vio afectada y Valdivia dejó de ser un lugar donde la gente llegaba y, por lo tanto, el comercio también se vino abajo.
¿Cómo recuerda los años formando parte del movimiento?
-Fueron años maravillosos. Tenía 26 años cuando comencé en este movimiento y fueron 32 años de lucha. A inicios de los 80 se empezó a conformar un grupo de mujeres que tenía las ganas de apoyar el proceso de convertir a la provincia de Valdivia en región. Nora Grau, Silvia Aguilar, Luz Almonacid, Silvia Oyarzún, Gladys Oyarzún, Verónica Andrade, Lidia Gómez, quien fue la primera presidenta, y otras mujeres profesionales, pobladoras y comerciantes de a poco empezaron a mostrar que las mujeres de la ciudad también podían tener un liderazgo y voz propia en un proceso que, aunque con pleno consenso ciudadano, era evidentemente elitista, y conforme al espíritu de la época, liderado y validado desde y hacia los hombres.
Cuando empezamos fue muy difícil, pero eso nos unió. Era un movimiento muy transversal, con mujeres de diversos partidos políticos y distintas ocupaciones.
No podríamos decir que el comité fue un espacio feminista, como lo entenderíamos hoy, pero sí dio lugar a liderazgos políticos femeninos de muchas militantes políticas, que no tenían y quizás no tuvieron nunca espacios en sus partidos; por cierto, también, que a los partidos políticos no les importaba mucho potenciar discursos hacia la mujer de manera liberadora y menos perfilar nuevas lideresas comprometidas con el proceso de la Nueva Región, nunca ninguna de las mujeres participantes en el comité fue invitada a ser candidata a ningún cargo de elección popular.
Mientras avanzaban los años el comité femenino estuvo presente en todos los espacios de debate y de manifestación pública a favor de nuestra Nueva Región, organizamos meettings, éramos invitadas frecuentes a los medios de comunicación y asistimos a todas las votaciones del tema en el Congreso Nacional, junto con otros vecinos y vecinas y líderes políticos y sociales provinciales.
¿A quiénes recuerda por su compromiso en esa lucha?
-No hay día que no me emociono al recordar, por ejemplo, a Silvia Eny Aguilar Muñoz, la "dama de hierro" de la Udi; a Enrique Larraín, Albertina Martínez, Cery Toro, Augusto Olave. Hubo más, muchos más.
¿Fue clave el rol de las mujeres en la creación de la región de Los Ríos?
-Fue clave, porque cuando los hombres se fueron para sus casas, nosotras nos quedamos. Nunca dejamos de luchar por la Nueva Región, de conversar, de dialogar. Pero la última vez que fuimos invitadas a las actividades de aniversario de la región fue cuando era intendente Henry Azurmendi, tengo guardada la tarjeta porque fue la última que llegó. Es un olvido que tiene que ver con el machismo, no hay otra explicación. Yo me siento orgullosa de haber pertenecido al comité y aún me siento parte de él.
¿Qué hacía imperativo en ese momento la separación con la región de Los Lagos?
-Todas las oficinas públicas estaban en Puerto Montt, por lo tanto, los profesores y las personas del transporte tenían que viajar para realizar sus trámites, y quienes trabajábamos en alguna función pública teníamos que, también, trasladarnos hasta Puerto Montt a dejar los proyectos. Era imperativo descentralizar, necesitábamos tener nuestras propias oficinas públicas, de manera de informarnos y poder ejecutar proyectos con mayor facilidad.
¿Qué significó para usted la creación de la región de Los Ríos?
-Estuve en el acto oficial. Fue algo tan maravilloso. Queríamos una región para los que vivimos aquí y para que la gente de nuestra región tuviera más acceso a trabajo. Necesitábamos a la Corfo aquí, a ProChile y otras oficinas públicas. Cuando la región fue una realidad, fuimos siempre muy reconocidas por todos los sectores sociales y políticos, no podemos negar el inmenso cariño de la gente y su agradecimiento por dar una lucha que muchas veces fue difusa y lejana.
Se cumplen 14 años de la creación de la región, ¿se ha avanzado en su crecimiento y desarrollo?
-Falta mucho aún. Hay muchas brechas. En materia de conectividad y del acceso a la información; un ejemplo, en las elecciones contrataron buses por la ex Intendencia, pero nadie supo que eso había pasado, porque no se informó lo suficiente (...) En materia de atención de la población de adultos mayores, el acceso a la salud y a servicios públicos, tampoco se ha solucionado. En esto, creo que un aporte será la figura del gobernador regional, que es fundamental para la descentralización.
¿Cuál es su relación hoy con el Comité Nueva Región?
-Una vez que obtuvimos el logro, el comité femenino poco a poco se disolvió, entendiendo que todo grupo tiene una fecha de vencimiento y el nuestro de a poco entendió que la meta estaba lograda. La última actividad del comité fue concretar la idea de nombrar como senador Gabriel Valdés a la Costanera de la Ciencia, como homenaje a un político que defendió nuestros sueños. En cuanto al Comité Nueva Región vigente, no hay ninguna relación.