Migración y cultura en crisis
En mi primera clase de la semana uno de mis estudiantes me preguntó que cuándo se había iniciado la cultura. Comentamos algunas de las hipótesis; sin embargo, preferí contarles la siguiente anécdota que recordé haber leído hace un tiempo en el diario "La Vanguardia" de España: "Un estudiante preguntó a la antropóloga estadounidense Margaret Mead cuál consideraba ella que fue el primer signo de civilización en la Humanidad. Ella dijo que el primer signo de civilización en una cultura antigua fue un fémur que alguien se fracturó y luego apareció sanado. Mead explicó que en el reino animal, si te rompes una pierna, mueres... De modo que un fémur quebrado y que se curó evidencia que alguien se quedó con quien se lo rompió, y que le vendó e inmovilizó la fractura. Es decir, que lo cuidó ".
A propósito de lo acontecido con los migrantes venezolanos en Iquique sería interesante preguntarnos por nuestro estado de la cultura, considerando que Chile, como muchos otros países, es el resultado de personas que en algún momento, siglos atrás decidieron dejar sus tierras en busca de un futuro mejor. Toda nuestra Latinoamérica, de hecho, es fruto de un mestizaje ancestral, profundo, que conjunta razas, religiones y orígenes distantes y diversos.
Es de esperar que las políticas migratorias del Estado de Chile, además de un resto de humanidad, puedan considerar algunos datos entregados por el mismo Banco Central. Los migrantes aportan USD 4.000 millones al fisco y casi un 1% del PIB; 60% de los migrantes, son, además, mano de obra sobrecalificada que puede aportar progresiva y valiosamente al desarrollo económico y cultural de Chile.
Después de contar la anécdota de Mead a mis estudiantes, la pregunta siguiente era esperable: ¿cuándo se acaba la cultura, entonces? La respuesta estaba en el aire: "cuando le destrozas todo a quien no tiene nada..."
Dr. Pedro Salinas Quintana Investigación y Postgrado UCEN
Aislados en Isla Teja
Resido en Condominio Las Casonas, en Isla Teja. Se llega ahí por avenida Los Robles y calle Los Raulíes. Para salir hacia el centro de la ciudad o regresar debo pedir taxi, debido a que soy discapacitado fìsico, tengo 84 años y camino con ayuda de dos bastones.
Desde agosto mi desplazamiento ha sido interferido por la deficiencia de los servicios de taxis , que no tienen servicio al sector. Mi única alternativa es la Micro de la Línea 9, a cuyo paradero accedo caminando once cuadras. El caminar y el tiempo en micro en total toma 25 a 30 minutos debido a los "tacos" vehiculares , destacables en la cuadra de avenida Los Robles de ingreso al puente "Pedro de Valdivia".
El lento flujo vehicular se agudiza al tomar la pista de ingreso a calle Independencia, porque todos los que se dirigen a los sectores sur y sureste de la ciudad están obligados a circular por calle Independencia.
Creo que una solución sería apurar la pavimentación de la salida sur del puente, pavimentando también calle Yungay desde la solera del terraplén, hasta empalmar con la calle Chacabuco. Esta obra requiere urgencia ya que de ella depende el fluido tránsito hacia calle General Lagos.
Ruego a la señora alcaldesa y a los señores concejales dar prioridad a esta obra. Si el tránsito es más expedito, los taxis y todos los vehículos sí podrán llegar y salir desde la isla Teja y las personas como yo no estaremos tan aislados.
Rodolfo C. Martin H. rodolfomartin38@yahoo.es
La brecha que no se acorta
Hoy en Chile hay seis proyectos de ley en trámite que buscan acortar la brecha salarial entre hombres y mujeres. El proyecto de la senadora Carolina Goic se tramita desde 2014 e incorpora la obligación del empleador de fijar estructuras y escalas de remuneración a partir del análisis de los empleos, sus descripciones, evaluando cada uno ellos. También establece la obligación anual para las empresas de una evaluación analítica de los puestos de trabajos, y en base a eso elaborar un plan de igualdad de remuneraciones.
La pandemia trajo no solo incertidumbre en términos sanitarios, sino que dejó en evidencia lo vulnerable que es el mercado laboral para las mujeres, y algo mucho más profundo: las brechas en remuneración no son sólo entre hombres y mujeres, sino que entre mujeres que son madres y mujeres que no lo son.
El condiciones laborales desfavorables para las mujeres que son madres, es la otra pandemia con la que vivimos hoy. La maternidad es, probablemente, una de las principales causas de desventaja laboral en Chile. Según la OIT en su informe "La brecha salarial entre hombres y mujeres en América Latina" del año 2019, informa que existen diferencias de remuneraciones no justificadas entre madres y mujeres que no tienen hijos o hijas, de un 33% en el país con la mayor desigualdad, México, y un 17% en el país con la menor, Argentina.
Debemos actuar pronto y aunque las cifras no están a nuestro favor, creemos que Chile vive un momento propicio para los cambios positivos. El camino es largo pero no hay mejor momento que el ahora.
Carolina Eterovic S. Mujeres Empresarias