Equilibrio familia-trabajo: un gran dilema que trajo
4 miradas sobre este tema se pudieron conocer en el cuarto webinar de la campaña "Cuídame, Cuídanos, Cuídate" que impulsa la Sociedad Periodística Araucanía junto a Mutual de Seguridad, Clínica Alemana Temuco, Clínica Alemana Valdivia, Universidad Católica de Temuco, Universidad San Sebastián y la Municipalidad de Puerto Montt.
La pandemia del coronavirus reconfiguró nuestra realidad. Y uno de los ámbitos que se ha visto más afectado es el del trabajo. En efecto, lo laboral y lo familiar se han cruzado para buena parte de la población desde marzo de 2020.
Así lo creen las especialistas que participaron del cuarto webinar de la campaña de salud mental "Cuídame, Cuídanos, Cuídate" que impulsa la Sociedad Periodística Araucanía, donde se abordaron distintas miradas respecto de cómo equilibrar el desempeño laboral con la vida familiar en tiempos de pandemia.
La sicóloga Cinthya Ríos Sotomayor, del Departamento de Psicología de la Seguridad y Salud en el Trabajo de Mutual de Seguridad, señala que es clave la conciliación trabajo-familia, entendido como "todas aquellas iniciativas que adoptan las empresas, adicionales a las establecidas en la ley, con el propósito de que trabajadores y trabajadoras puedan desarrollarse de modo integral, logrando el cumplimiento de sus responsabilidades familiares y laborales y alcanzando así una mayor armonía entre ambas dimensiones".
En ese plano, explica que hay estrategias organizacionales para propiciar la conciliación trabajo-familia, entre las cuales se cuenta el reconocer que el equilibrio entre las exigencias laborales y la vida familiar puede repercutir en la productividad; flexibilizar la organización del trabajo, considerando el cumplimiento de las tareas domésticas versus el trabajo; promover la atención a la calidad del trabajo en lugar de la cantidad, evitando recompensar las respuestas rápidas frente a las mejores; y reconocer y apreciar los esfuerzos que los colaboradores hacen para afrontar los cambios del contexto actual y las modalidades de trabajo durante la pandemia.
A su juicio, es importante además "proporcionar información a las personas que trabajan desde casa sobre cómo hacerlo de forma segura y eficaz", enfatizando en la necesidad de respetar los horarios de trabajo y desconexión y fomentando que los trabajadores establezcan un horario de inicio y término, considerando pausas, desayuno familiar, almuerzo, etcétera.
MUJERES Y BRECHAS
Gloria Mora Guerrero, académica del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Temuco, señala que en cuanto al uso del tiempo y brechas de género hay una serie de desafíos en el cuidado de la salud mental de las mujeres que trabajan dentro y fuera de casa.
"Las mujeres destinan en promedio 5,9 horas diarias a tareas de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, mientras que los hombres solo 2,7 horas", explica la profesional quien remarca que esa desigualdad impacta en distintos aspectos de la vida cotidiana.
En ese marco, identifica una serie de desafíos para cuidar (y autocuidar) la salud mental de las mujeres. Por una parte está el ámbito de las nuevas configuraciones sociales y laborales donde se cuenta la valoración del trabajo no remunerado y más servicios, más tiempo, más recursos económicos.
Pero, además, agrega las "necesarias nuevas configuraciones familiares" entre las que destaca la transformación de los roles de género y la corresponsabilidad o el reparto equilibrado de las tareas domésticas y de las responsabilidades familiares.
Y como tercera dimensión, se suman los nuevos compromisos personales, el acompañamiento, la autovaloración del trabajo no remunerado y el ejercicio de derechos.
LA VIVIENDA
Donde habitamos también importa al analizar la conciliación trabajo-familia. Para Fernanda Barrera Perone, directora de carrera de Psicología de la Universidad San Sebastián Sede Valdivia la vida antes de la pandemia era bien particular, porque existían muchos espacios en los cuales nos podíamos desenvolver.
"Las interacciones interpersonales que podíamos desarrollar eran múltiples. Podíamos pasar muchas horas en lugares distintos al habitacional compartiendo con personas que no son necesariamente del grupo familiar", señala.
Así las cosas, para muchas personas la vivienda era un lugar para dormir más que para vivir. "En esos casos la calidad de vida estaba muy condicionada por la habitabilidad externa, más que por la habitabilidad interna o la vivienda misma", sostiene.
Y esto es algo que cambió rotundamente con la pandemia y el confinamiento, que pusieron en evidencia los problemas de habitabilidad interna que impactan en la salud mental de las personas.
En ese contexto, explica que en 2018 la Organización Mundial de la Salud declaró la relevancia de la vivienda como un elemento protector o de riesgo de la salud, según cuáles sean las condiciones de habitabilidad. Y en 2020, desarrolló el concepto de "vivienda saludable" cuando cumple con prestación funcional y el adecuado desarrollo físico, social y mental de las condiciones de salud, la seguridad, higiene, comodidad y privacidad.
De ese modo, la académica plantea que la realidad de la pandemia impone "un desafío a las políticas públicas relacionadas con el sector habitacional, entendiendo este concepto de vivienda saludable, lo que se suma a lo que muchas personas pueden hacer en sus propias casas en términos de ajustes".
LOS NIÑOS
Macarena Enberg, psicóloga clínica infantil y terapeuta infanto-parental de Clínica Alemana Temuco explica que en tiempos de pandemia es clave hablar sobre conexión emocional y su importancia, sobre todo, para los niños. Algo atingente en una época en que han estado más tiempo en casa con sus padres, pero con estos últimos trabajando.
En ese marco, la sicóloga agrega que es importante enfatizar respecto de la calidad de la conexión emocional, pero también en la cantidad.
"En la experiencia cotidiana se aprecia que muchos priorizan la calidad del tiempo compartido por sobre la cantidad. El tema es que esto se ha estudiado bastante y no es tan así: la calidad de los momentos es importante, pero la cantidad de las conexiones que tenemos con esa otra persona es algo muy significativo", refiere.
Es allí donde entra un término que considera muy relevante desde la perspectiva del equilibrio entre cantidad y calidad de tiempo que se comparte: el apego. "Se trata de una vinculación afectiva intensa, duradera, de carácter singular, que se desarrolla y consolida entre dos individuos, por medio de sus interacciones recíprocas, y cuyo objetivo inmediato es la búsqueda y mantenimiento de proximidad en momentos de amenaza, ya que esto proporciona calma y seguridad. Estar con otro es estar con atención plena, sin interrupciones", sostiene.
A su juicio este equilibrio se puede lograr con situaciones bastante cotidianas, como las comidas, el traslado al colegio, las conversaciones y las actividades de ocio en conjunto, entre otras.