Durante la semana pasada fue presentada una propuesta legislativa para modificar el artículo 66 del Código del Trabajo y permitir que las personas tengan un día libre en caso del fallecimiento de sus mascotas. La idea corresponde al diputado José Miguel Castro (RN) y su principal argumento es que una pérdida de este tipo afecta a las familias, las cuales requieren un tiempo mínimo para trámites y enfrentar adecuadamente lo ocurrido.

Hace 20 años una iniciativa de este tipo habría sido curiosa en Chile. Ahora todavía hay incomprensión para este tipo de dolor; pero las dinámicas sociales han cambiado; existen leyes de protección y se vislumbra la muy posible inclusión expresa de derechos animales en la nueva Constitución, más allá de la mención que actualmente existe en el artículo 19, referido al cuidado de la naturaleza.

En tal contexto, la sugerencia parlamentaria ingresada alude a que la tenencia responsable se extiende hasta la adecuada disposición final de las mascotas cuando mueren; además de reconocer los vínculos reales que se establecen con ellas. Ejemplo de esa afectividad ha sido el aumento de las adopciones registradas durante la pandemia y también el temor de abandono con el fin del desconfinamiento, lo cual motivó incluso la campaña gubernamental #cuidemos nuestrasmascotas, impulsada desde mayo de este año.

A nivel internacional hay ejemplos. Alemania y Brasil tienen legislado el reconocimiento; en Estados Unidos varias empresas permiten a sus trabajadores llevar a las mascotas; las líneas aéreas incluyen la posibilidad de viajes con animales de compañía.

En Los Ríos, de acuerdo a las cifras del Registro Nacional de Mascotas, hay 12.022 gatos y 31.699 perros formalmente inscritos, cifra total (43. 721) superior a la de Arica (11.543); Tarapacá (33.160); Atacama (34.217); Aysén (16.794) y Magallanes (14.275). Es decir, existe un interés real por el tema y aquí no resulta inoportuno hablar al respecto.

Así visto, sería positivo un avance en la materia; pero, también, que se pensara en apoyos para crear cementerios de mascotas en espacios públicos. En la actualidad, en la región, existen opciones escasas y solamente privadas, no accesibles masivamente.

Esta semana cumplimos con el deber de entregar nuestra cuenta de la gestión gremial para el periodo 2020-2021 ante nuestra asamblea de socios.

Lamentablemente, las circunstancias sanitarias nos obligaron a mantener el formato remoto, lo que obviamente le resta ingredientes fundamentales a una ceremonia de esta naturaleza, como el irreemplazable valor del contacto cara a cara y el dinamismo de la interacción personal.

Descontados estos aspectos negativos, intentamos entregar una detallada cuenta de la gestión económica y las acciones gremiales asociadas, esfuerzo en el que esperamos haber cumplido las expectativas de nuestros asociados.

Quisiera destacar la importancia de administraciones anteriores que tuvieron la visión de ordenar la gestión de nuestra organización a partir de un esfuerzo inédito de planificación estratégica, que permitió delinear las áreas sobre las cuales se viene encauzando la tarea de representación de los productores de leche de Los Ríos.

En esta estructura están como espacios prioritarios de trabajo el apoyo a la competitividad de los socios y la valorización de los lácteos (promoción del consumo), pero sin descuidar el monitoreo del mercado, la necesaria interacción gremial-política y, por supuesto, el trabajo en comunicación y marketing (interno/externo).

De los comentarios recibidos durante la asamblea y con posterioridad a ella, concluimos que, en términos generales, hay una buena percepción de lo realizado, situación que coincide con la encuesta de satisfacción de los asociados que aplicamos durante el primer semestre de este año y cuyos resultados compartimos en este último encuentro virtual.

Sin embargo, el futuro de corto, mediano y largo plazo, nos imponen desafíos permanentes como la modernización de los liderazgos internos y de la gestión gremial, equilibrar las expectativas de nuestras bases que a veces tienden a confundir el rol de los gremios con organizaciones sindicales (que parecieran ser lo mismo, pero no lo son) y la importancia de controlar nuestra agenda y no endosarla a terceros.

En un ámbito que trasciende nuestro accionar particular - y que ya estamos abordando junto a gremios agrícolas de Los Ríos y Los Lagos - la seguridad rural es otro desafío instalado en nuestra agenda y donde vemos con especial preocupación el rol de los actores políticos que se confunden entre los sentimientos de culpa, la ingenuidad y la sobre-ideologización.

Paulina Carrasco Gorman

Presidenta Aproval Leche A.G.