En estos tres meses de administración del Gobierno Regional de Los Ríos, hemos dedicado muchas horas a reuniones con distintas autoridades ancestrales, organizaciones y representaciones de nuestro Pueblo Nación Mapuche. También tuvimos una reconfortante respuesta de su parte, al participar en las rogativas realizadas con el objeto de celebrar los 14 años de vida de nuestra región, donde participaron sus principales lonkos, werkén y liempín de los distintos territorios pidiendo por nuestro futuro y por el bienestar de todos y todas.
Creemos y hemos tratado de poner en práctica un "nuevo trato", como lo comprometimos en nuestro programa, con respeto, humildad, a corazón abierto, mirándonos a los ojos y sobre todo expresando sentimientos con honestidad. Tenemos la necesidad de recuperar confianzas y de darnos la oportunidad de re-comenzar; asumiendo las múltiples brechas y necesidades con responsabilidades, estableciendo una forma institucional de relacionarnos, donde las prioridades deben ser objetivas y consensuadas, para asumir y cumplir los compromisos de acuerdo a nuestras potestades regionales.
En lo contingente, hemos declarado que no estamos de acuerdo con la militarización de la mal llamada "macro zona sur", dicha decisión sella el fracaso del Estado y de quienes les ha tocado administrarlo. Con más o menos dogmatismo y convencimiento no hemos podido encontrar la salida política al problema, las respuestas han sido pobres, equivocadas e inoportunas, dando tiempo a la polarización y radicalización, manteniendo condiciones de marginación, discriminación y condiciones de pobreza a la gran mayoría de sus integrantes, más, un desconocimiento a su formidable aporte cultural y de identidad regional.
Si lo seguimos haciendo igual, el resultado no cambiará, por lo que ahora, más que nunca debemos cambiar la forma de hacernos cargo de los problemas de fondo que tienen que ver con nuestra propia historia de construcción del Estado Nacional.
Nuestro país firmó voluntariamente la adhesión al convenio 169 de la OIT, pero, más allá de lo protocolar, en la práctica no se respeta el principio fundamental, a mi parecer, la autodeterminación, que no es más que una opinión vinculante acerca de las políticas públicas que le son pertinentes. Desde nuestra administración regional seguiremos teniendo un diálogo abierto con nuestras comunidades, hemos instalado un equipo regional especial para hacer seguimiento a cada uno de los compromisos. Sabemos que no solucionaremos el problema de raíz, pero al menos queremos ser parte de la solución, con voluntades y, sobre todo, capacidad de escuchar y restablecer confianzas.
"Sabemos que no solucionaremos el problema de raíz, pero al menos queremos ser parte de la solución..."