Oscar Gallardo Ríos
Los primeros meses de su segundo periodo a la cabeza de Futrono suma actualmente el alcalde Claudio Lavado Castro, quien en mayo pasado resultó reelecto con un 46,43% de las preferencias y con una amplia diferencia por sobre sus rivales.
En ese contexto es que el jefe comunal expuso los principales desafíos de nueva administración, no sin antes realizar una evaluación de sus primeros cinco años al mando de la comuna lacustre. También hizo un balance en relación al impacto de la pandemia en Futrono, territorio que en algún momento presentó una de las peores situaciones del país; y manifestó sus expectativas, de cara a la temporada estival.
Claudio Lavado nació el 27 de agosto de 1966 en Futrono. Está casado hace 33 años con Ana Gloria Soto, con quien tiene dos hijos: Claudio (30) y Valeria (29).
Desde primero a sexto básico estudió en el Colegio María Deogracia de Futrono, mientras que séptimo y octavo los completó en la Escuela México de Chillán. La enseñanza media la cursó en el Liceo Agrícola Suizo La Providencia de Traiguén. Posteriormente, se tituló como ingeniero de ejecución en agronomía en el Instituto Profesional Agrario Adolfo Matthei de Osorno.
Tras un período como concejal (2012-2016), Claudio Lavado postuló y fue electo por primera vez como alcalde de Futrono en 2016.
¿Qué evaluación realizaría de su primera etapa como alcalde de Futrono?
- El primer período como alcalde, sin duda que fue una experiencia nueva, pero a su vez compleja. Enfrentarse a una administración municipal no es fácil, ya que la responsabilidad es mucho mayor. Es difícil hacerse cargo de una comuna con inconvenientes de toda naturaleza, ya que uno debe hacerse cargo de lo pendiente, de lo atrasado y de lo que viene.
Cuesta adaptarse, sobre todo en los primeros meses, donde hay mucho que hacer, organizar y planificar, pero en la medida que vas articulando los equipos de trabajo para ordenarse, las cosas se van dando de buena manera.
¿Qué destacaría de su primer periodo?
-Quisimos tener un municipio cercano, integrador, que llegue con los servicios a todas las localidades, ya que somos una comuna con una geografía compleja y muy dispersa. Recorrer un territorio de 2.300 kilómetros cuadrados no es fácil y poder llegar con servicios y buena atención es complejo. Por eso es que implementamos delegaciones municipales en Nontuelá, Llifén, y en Curriñe-Chabranco-Maihue. Fue una apuesta que nos dio muy buenos resultados, con mayor presencia del municipio en terreno para recoger más requerimientos e inquietudes. Y ahora queremos sumar una delegación en Isla Huapi.
Lo segundo fue ordenar el municipio financieramente, ya que recibimos una administración con muchas deudas y tuvimos que hacernos responsables. Saneamos financieramente el municipio.
También creamos direcciones muy importantes como la Dirección de Tránsito, ya que antes no se podía sacar licencia de conducir en Futrono. También creamos las direcciones de Turismo, de Medio Ambiente, de Recursos Humanos y Jurídica, que son unidades claves para una mejor gestión del municipio. También creamos la agencia de área de Indap en Futrono, ya que antes dependíamos de Paillaco.
¿Y en relación a proyectos?
-Logramos cubrir la comuna con sistemas de agua potable rural. Somos una de las comunas de la región con mayor inversión en este tipo de proyectos y hoy tenemos cubierto casi un 95% de las localidades con sistemas APR, pero seguiremos trabajando para implementar con agua potable los sectores que faltan.
La conectividad en una comuna con una geografía compleja es fundamental y pudimos llegar con caminos que significan mejorar la calidad de vida y optimizar el desarrollo económico y social. Lo logramos con el camino hasta Maqueo, de Curriñe hacia Chabranco, con asfaltos básicos e intermedios. Tener una red de caminos fortalecida es clave para el desarrollo turístico.
También trabajamos en crear y fortalecer el turismo, y posicionar a Futrono como uno