Una herramienta para salir adelante
La Ley 20.720 cumple siete años desde su promulgación. Necesita adecuaciones, pero ha ayudado a más de 6 mil personas. En Los Ríos, entre 2014 y 2021, fueron 133 las personas que renegociaron y 369 las que liquidaron sus bienes; mientras que 164 empresas liquidaron activos y tres reorganizaron.
En octubre se cumplieron siete años de vigencia de la Ley de Insolvencia y Reemprendimiento, conocida también como "Ley de Quiebras" (Ley 20.720), que fue promulgada en 2014 con el objetivo de ayudar a las personas y a las empresas que se encontraban superadas por los compromisos económicos morosos. Desde entonces, de acuerdo a datos de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir), casi 190 mil personas han realizado consultas o iniciado procesos de información sobre los beneficios de esta disposición legal. De ellas, 6.581 han efectuado renegociaciones (acuerdos con sus acreedores) y 19.752 han liquidado sus bienes a través de un procedimiento judicial. En el caso de las empresas, 8.042 liquidaron sus activos y 319 lograron una total reorganización.
En Los Ríos, entre octubre de 2014 y el mismo mes de 2021, fueron 133 las personas que renegociaron (trámite que se realiza sin abogado) y 369 las que liquidaron sus bienes; mientras que 164 empresas liquidaron activos y tres reorganizaron (esto se refiere a empresas de mayor tamaño).
Las cifras de la Superir entregan, además, algunos detalles a considerar en el caso de los particulares: en la región, el 53% de quienes solicitan esta ayuda son mujeres; el 48,1% del total son personas entre 30 y 44 años; la mayoría está legalmente casado y tiene un trabajo dependiente.
Esa caracterización permite también dirigir las actividades de orientación para que la insolvencia se prevenga y no se repita. Desde 2019 existe la página www.tenlaclara.cl donde las personas pueden hacer simples ejercicios para mirar su estado financiero, algo no siempre tan sencillo, pues quien vive este problema soluciona el día a día, pero no dimensiona -no lo logra- el global de su situación, marcada con frecuencia por la angustia y la necesidad urgente de liquidez, cayendo en una espiral de nuevas faltas de recursos que le impiden ordenarse y volver a surgir.
Tanto es así que, en una reciente conmemoración de la dictación de la norma, se habló de ella como "una herramienta para superar el abismo de las deudas". Quizás para algunos suene exagerado; pero quienes han pasado por una situación similar saben que la analogía resulta muy gráfica. Por lo mismo, toda la ayuda que se pueda recibir es positiva.